Motu proprio, y muy oportunamente, el presidente Luis Abinader ha puesto el tema y advertido a las instituciones gubernamentales que deben garantizar, desde ahora y hasta las elecciones, transparencia y control en el uso de los recursos públicos.

“Las instituciones del Gobierno y el presidente vamos a estar cada vez más atentos”, advirtió el mandatario, acompañado de una expresión parecida a un ultimátum: “Y quiero que eso quede muy claro en cada una de las instituciones del Gobierno”.

Apropiada exhortación porque el mismo mandatario reconoce que en el país, tradicionalmente, cuando se acercan las elecciones el Gobierno se flexibiliza y, agregaríamos nosotros, los funcionarios también se tornan más laxos, y se estrecha el espacio que los separa de la campaña política con el uso del dinero del contribuyente.

Incluso, históricamente esa flexibilidad se potencia cuando el presidente de turno aspira a reelegirse, por lo que resulta pertinente el llamado en momentos en que más de uno de sus funcionarios activa con frenesí actualmente para su repostulación.

Quizá, en aras de darle más sentido a la preocupación por la transparencia en el manejo de recursos públicos, sería bueno que los funcionarios se sustraigan del patrocinio de movimientos que claman cuatro años más para la presente gestión.

También ayudaría que no se busque amparo en el poder e influencia que otorga un cargo en el Estado para atraer adhesión a determinadas causas partidistas, como podría interpretarse el comportamiento de la funcionaria de Salud Pública en Barahona.

Es más, debiera redactarse en estos días, por el gran laborantismo que se observa, la infaltable circular gubernamental reservada para cuando la campaña electoral entra en calor, mediante la que se prohíbe el uso de vehículos, equipos oficiales o cualquier otro recurso del Estado en actividades que no sean de sus estrictas funciones.

Y, además, que los servidores públicos se abstengan de hacer proselitismo a favor de cualquier candidato durante su horario de trabajo, para que se mantenga la confianza de que los recursos estatales se utilicen exclusivamente para dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos y ciudadanas.

Saludamos el empeño del presidente Abinader en hacer una gestión ética y transparente y que haya resaltado la conveniencia de limitar en esta etapa cualquier actividad particular, para evitar que puedan atribuírsele fines de promoción política y mucho menos que se vincule su nombre a una campaña de por sí anticipada.

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