Escojo diciembre para escribir sobre Anthony Santos, máximo exponente nacional de la Bachata, género que se ha impuesto en el gusto popular dominicano y que La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el once (11) de diciembre de este año 2019, declaró como: Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Como afirma Delfín Rodríguez, sobre los inicios del género: El término: “Bachata” era despectivo, dicho por quienes querían desmeritar el género musical, sus protagonistas preferían la expresión: “Canción de Amargue” (http://www.pinceladasglobales.com/bachata-patrimonio-de-la-humanidad/). Y era relegada a “barras”, colmados y cafeterías en barrios y campos remotos del país. Más, hoy es quizás la máxima expresión popular del arte dominicano. Y, entre sus exponentes, destaca Anthony Santos, con una exitosa carrera cercana a los 30 años.

Domingo Antonio Santos Muñoz, Anthony Santos, nació el 5 de mayo de 1967, en Las Matas de Santa Cruz, Montecristi, e inició tocando en la orquesta de Luis Vargas. Luego, al separarse tras unos 7 años, a principio de los años 90, lanzó una producción que pertenece al imaginario popular dominicano, con éxitos de leyenda, tales como: “Voy Pa´llá” (Voy pa’lla/ voy a buscar/ la mujer que me domina/ la buscaré/ la traeré/ aunque el mundo me lo impida); y, “La Parcela” (En el barrio donde vivo hay una linda morena/ En el barrio donde vivo/ Hay una linda morena/ Que está dispuesta a vender, una tremenda parcela/ Que está dispuesta a vender, una tremenda parcela/ Yo te la compro/ Yo te la compro/ Yo te la compro por el precio que tu quiera). Casi poesía popular.

Lo sorprende de Anthony Santos, y otros exponentes del género, es que son “músicos de oído”, sin escuela, pero poseedores de un talento natural y un deseo de superación que podría servir de ejemplo a todos.

Al Mayimbe de la Bachata, como también se le conoce, le objetan su parquedad ante la prensa, lo cual podría ser el fruto de unos inicios difíciles, cuando la prensa tradicional veía mal el género y quizás no querían invitarlo a los medios o entrevistarlo. De igual forma, podría ser una inteligente campaña para valorar la imagen del cantante: lo escaso, tiene más valor. En cualquiera de estos caminos, u otro que se podría agregar, lo importante es su calidad como exponente, su potencia verbal y su dominio escénico. No creo que otro artista nacional tenga tantas canciones del gusto popular y que, además, en sus espectáculos, sea capaz de durar 5, 6 y 7 horas de música, casi permanente, y terminar con un público deseoso de seguir.

El Bachatú no solo interpreta con maestría y cadencia sus canciones, sino las de otros. Sobresaliendo las del Buki, Marco Antonio Solís. Personalmente me encanta su versión de “Ay, Mujer”, letra de Juan Luis Guerra: ¡Ay, mujer! / Tu cuerpo me hace falta ya/ tus labios mi refugio/ que me dejan ebrio de tanto besar… Es que tu amor/ Me queda grande, ya lo sé/ Es que tu amor/ Se multiplica y crece…”

Ah, la vida!

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