Haití fue el primer ejemplo de una rebelión triunfante de esclavos negros contra sus amos blancos y contra las autoridades coloniales. La renovación de la lucha por la independencia terminó cuando una insurrección general derrotó a las tropas coloniales francesas (su madre patria), y proclamó la independencia de Haití el 1ro. de enero de 1804. Fue así, el primer país independiente de América Latina y la primera república negra del mundo.

Jovenel Moïse fue elegido en el 2015 con la promesa de llevar agua y electricidad a todo el país. Y con un eslogan que decía “Todos comeremos en la misma mesa” llegó al poder con el 55% de los votos y una larga lista de promesas que no cumplió y decepcionaron a la población.

Con la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, el Departamento de Estado, la Organización de Estados Americanos (OEA) y el grupo de países amigos de Haití, entre los que están Canadá, Estados Unidos, Francia, España y Brasil, respaldaban la opción de que Jovenel Moïse concluyera su mandato en 2022, aunque exigían la restauración de los diferentes poderes del Estado.

Pero la madrugada del miércoles 7 de julio en la calle Peregrin N. 5 en el barrio Petion Ville de la capital de Puerto Príncipe, el presidente Jovenel Moïse estaba durmiendo junto a su esposa cuando un comando que hablaba español e inglés, según el comunicado oficial, asaltó la vivienda, entró en su habitación y disparó contra él. Falleció al instante, su esposa resultó herida. A este magnicidio se suma el vacío de poder en que ha quedado sumido desde hace tiempo el hermano pueblo haitiano.

Incluso en febrero el fenecido presidente Jovenel Moïse, denunció un fallido golpe de Estado y un intento de magnicidio y hasta un juez de la Corte Suprema se proclamó presidente legítimo.

Incluso había expresado lo siguiente, cito: “El golpe de Estado no es un hecho puntual, sino una secuencia de acciones. Hasta ahora los gobiernos eran títeres de los grupos económicos, pero esto hoy no sucede y nuestras decisiones sientan mal a quienes se sienten poderosos e intocables. Un pequeño grupo de oligarcas está detrás del golpe y quiere apoderarse del país”.

Para terminar por hoy, el magnicidio del presidente de Haití, es a nuestro entender una motivación de intereses políticos y empresariales, y tiene la intención de provocar más crisis y eliminar ese adversario que era el presidente. Pues era un obstáculo para llevar a cabos objetivos. Y los posibles escenarios son un adelanto de las elecciones y un improbable gobierno de coalición

Y todo esto por la falta de gobernabilidad que siempre ha existido en Haití, el país más pobre del hemisferio que se ha convertido en un centro regional para la exportación de sustancias ilegales, terrorismo y del éxodo de una gran cantidad de personas.
Nuestro pueblo condena el asesinato del presidente de Haití, y lo hiso al través de su presidente Luis Abinader.

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