El gabinete del gobierno del presidente electo se distingue por tener la mayor cantidad de funcionarios que han pertenecido a las directivas de organizaciones empresariales, que han tenido estrechas relaciones con empresarios, o son empresarios. Esta realidad es una ventaja en un momento donde la economía mundial y, en consecuencia, la dominicana, continuarán pasando por una crisis sin precedentes, de acuerdo a la última evaluación del FMI. Para ilustrar la gravedad de la situación bastan algunas estadísticas. Las dos más grandes economías de América Latina, las de México y Brasil, con una población conjunta de aproximadamente 340 millones, se van a contraer en un 10,5% y 9,1% respectivamente, durante el año 2020. Eso equivale a borrar más del 10 por ciento de la producción de bienes y servicios de esos países durante 1999. Estas caídas se comparan con la del 8.1% de los Estados Unidos, con un desempleo de su fuerza laboral del 20%, cuando antes del COVID-19 estaba por debajo del 4%. Y qué decir de Francia, España o Italia cuya contracción pasará del 12 %. Detrás de estas estadísticas existe la dura realidad de que a nivel mundial las personas de menores ingresos han sido las más perjudicadas. Corremos el peligro de que los avances contra la pobreza hechos durante la década de los noventa queden borrados.

El nuevo gobierno, con la colaboración del sector privado, deberá poner en práctica un plan para sacar a nuestro país de esta crisis, lo que no será fácil, pues el entorno internacional se mantiene muy complicado, y rodeado de muchas incertidumbres. De todas maneras, dada la gravedad de la situación, los empresarios y el gobierno deberían tener el propósito de variar algunos comportamientos que no ayudan al país a salir o, por lo menos, a mitigar la crisis. Siendo así, de nada o muy poco resulta crecer, si dicho crecimiento no se traduce en empleos para los dominicanos. Debemos terminar con la indolencia e indiferencia de no hacer nada por corregir que algunos de los sectores más importantes y dinámicos de la economía generan escasos empleos para los dominicanos. Algunos comentaristas afirman que este desenlace es inevitable. Ignoran que las decisiones de los agentes económicos obedecen a un cálculo, que puede ser cambiado mediante incentivos u otras señales del gobierno. El obtener un empleo es la manera más efectiva de aminorar la pobreza, y dar un sentido de dignidad a personas que de otra manera no se sentirían útiles. Lo peor que podemos hacer es regresar a la normalidad de nuestras vidas, como si nada hubiera ocurrido, cuando ha habido millones de personas que han sufrido el golpe de esta crisis. El ignorarlo simplemente será a nuestro propio riesgo….

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas