La idea del actual presidente de juntar a los tres hombres vivos que han pasado por ese cargo siempre fue muy buena por varias razones, pero en el camino surgieron algunos “periquitos”, y en un momento determinado se pensó que el encuentro, con el tema migratorio en agenda, no se daría. De hecho, se habló de la posibilidad de reuniones individuales, pero esa opción, aunque era mejor que nada, no tendría el mismo efecto. La reunión salió más que bien, y finalmente todos ganaron. Gana el país con el simple acercamiento de sus líderes políticos, independientemente de los acuerdos logrados; gana el oficialismo, que fue el propulsor de la reunión, y ganan también los expresidentes, especialmente los dos de la oposición, porque el gesto, propio de estadistas, definitivamente los enaltece. Aunque uno de ellos en algún momento insinuó que la reunión solo serviría para la foto, en realidad sirvió para muchos más que eso, aunque la foto, por sí sola no es poca cosa, ya que envía un poderoso mensaje.

Un tema que unifica

El mensaje hacia dentro y fuera es que el liderazgo local está unificado en torno al tema nacional más delicado y relevante, que es el de la crisis en Haití, sus implicaciones de este lado y las acciones que corresponde tomar. Y así debe ser, no solo por la importancia del tema sino porque en realidad, no hay diferencias de fondo en la clase política dominicana. Si hay un tema idóneo para juntar al Gobierno y la oposición, llegar a un consenso y producir un documento conjunto, es ese. Hay otros en los que no sería posible. Como la reforma fiscal, por citar un solo ejemplo.

Todos miran al Mide

A pesar de que se bajó un poco el nivel de las expectativas cuando se aclaró que sería una reunión básicamente informativa, lo cierto es que el país estaba atento al encuentro. Al menos, una gran parte. Y no era para menos. Se trata de un acontecimiento inusual, que muchos califican de hito.

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