Luego de que Milagros documentó que la doble condición de candidata vicepresidencial y administradora de las ayudas sociales de la señora Margarita Cedeño viola las leyes Electoral, de Partidos Políticos y de Función Pública, la señora candidata respondió a la respetada sobrina de Juan Bó que su “responsabilidad social” está primero que todo, insinuando una especie de patente de corso que le habría otorgado no se sabe quién para colocarse por encima de la Ley.

Ante esa potestad que se atribuye Cedeño para pisotear las 3 referidas leyes, traigo un refuerzo: La Constitución Vigente, usada por el presidente Danilo Medina para reelegirse en 2016.

Uso en mi título el énfasis del presidente Bill Clinton, cuando en su campaña contra Bush padre, le advertía ¡Es la economía, estúpido!, puntualizándole la razón por la que le ganaría.

Mal podría enrostrarle estupidez a la señora Cedeño, por respeto a su condición de dama, su investidura y la sagacidad para alcanzar y mantenerse en los más altos niveles de la cúpula del PLD en sus 20 años de gobierno.

Sí puedo titular ¡Es la Constitución, Margarita!, observándole que su defensa del doble desempeño viola además la Ley de Leyes o Carta Magna, la Constitución, sobrenombres que indican está por encima de todos y de todo, incluyendo la “responsabilidad” que se atribuye.

Al definir las condiciones en que la JCE debe organizar las elecciones, la Constitución cita el carácter “libre” y “equitativo” que deben caracterizarlas para escoger con legalidad y legitimidad a nuestros mandatarios.

En un reciente discurso la candidata vicepresidencial dijo que tenía varias bases de datos, con las cédulas y ubicación residencial de los empadronados en la ayuda del gobierno, pudiendo determinar a quién le daban y a quien no la comida, los bonos y beneficios que ella reparte.

Siendo así, ¿no le resta libertad de elegir a los receptores de esa ayuda, sabiéndose el poder discrecional de la candidata para dársela o no?

Y en el aspecto de la equidad ¿no deviene ese poder discrecional de la candidata del PLD en un abusivo y aberrante ventajismo?
Claro que no son buenas razones sino alegatos de pálida ley lo que esgrime la candidata.

Recuerdo a Margarita que cuando en 1978 le llegó su tiempo al cambio, el pueblo gritó ¡Les cogimos la fundita y no votamos reformista!

No hay base de dato ni chantaje que valga.

Como decía mi antiguo amigo Miguel Vargas ¡De que se van, se van!

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