Durante los terribles 12 años, que conformaron la sangrienta época (período 1966-1978) del gobierno que encabezó Joaquín Balaguer, ¿quién era el dirigente con la estrategia política más certera para combatir -en busca de los anhelados resultados democráticos- al criminal régimen despótico?
Mi respuesta es bien clara: José Francisco Peña Gómez quien, tras suceder a Juan Bosch -quien abandonó su militancia y presidencia del PRD en 1973- nunca vaciló para poner en práctica sus objetivas ideas democráticas.

Sin plasmar en este texto mezquindades políticas, aclarar que Bosch, en los finales de la década del sesenta y principios de los años setenta, era el más capaz líder político de la nación. Su liderazgo era incuestionable e incluso reconocido hasta por sus más acérrimos adversarios.

Bosch tenía a Peña Gómez como su pupilo, quien reunía las condiciones para sucederlo como el máximo dirigente del perredeísmo.

Sin embargo, en el primer tercio de la década del 70, tuvo serias contradicciones con el entonces secretario de prensa y propagada del viejo partido, fundado en Cuba en 1939 y asentado en el país a partir del cinco de julio de 1961.

Sus disputas con la dirigencia del PRD, especialmente con Peña Gómez, se agudizaron a tal extremo que decidió irse y fundar el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

En la séptima entrega de este trabajo preciso -porque la historia no debe distorsionarse- que Peña Gómez pactó programas de lucha con dirigentes de la izquierda, en especial con el joven líder comunista Maximiliano Gómez (El Moreno) quien era el secretario general del Movimiento Popular Dominicano -MPD- la organización revolucionaria con más capacidad de lucha contra los desmanes del régimen de turno.

En su afán patriótico por ver concretado su objetivo, que era ver al pueblo liberado del yugo balaguerista, también buscó una “alianza estratégica” con el general Elías Wessin y Wessin quien tuvo una activa participación en el Acuerdo de Santiago firmado en abril de 1974.

Ese convenio político (que encabezó el PRD bajo el liderazgo de Peña Gómez), además de Wessin y Wessin, quien presidía el Partido Quisqueyano Demócrata (PQD), participaron varias organizaciones entre las que figuraron el MPD, otros grupos comunistas y entidades independientes.

El Acuerdo de Santiago, formado por iniciativa del connotado líder democrático a nivel continental, tuvo gran impacto político -y la prensa lo reseñó con ruidosas publicaciones-, puso en “jaque” a Balaguer quien volvía a tener aspiraciones reeleccionistas. El caudillo reformista fue un impenitente político ambicioso al poder.
Continuará….

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