Justin Trudeau es el primer ministro de Canadá desde el año 2015. Es hijo de Pierre Trudeau, quien también fue primer ministro. Lo tuvo relativamente fácil para llegar al poder, no solo por ser muy guapo y pertenecer a la élite política desde su nacimiento, sino por alinearse casi perfectamente a los intereses de la agenda globalista y ser, al igual que Macron en Francia, uno de sus hijos predilectos.

Trudeau es un perfecto abanderado del “discurso correcto”. Lo vimos arrodillado para apoyar al movimiento BLM y pidiendo perdón por haberse disfrazado de Aladino cuando tenía 30 años (porque eso fue racista).

Le encanta dar discursos sobre “tolerancia”, pero lamentó el fallecimiento del dictador Fidel Castro, y jamás critica la intolerancia del islam (a la religión católica sí la cuestiona).

Es un defensor de los derechos de la comunidad lgtb, pero inunda los barrios canadienses de musulmanes, que los rechazan por pecadores (y hasta los matan).

Muy coherente todo…

Es feminista. En su gabinete hay igual número de hombres y mujeres porque esa cuota se respeta sí o sí (que merezcan estar ahí o no…no importa tanto).

También es pro aborto, pro matrimonio entre personas del mismo sexo y pro legalización del consumo de marihuana. Él mismo ha admitido haberla fumado una que otra vez y está convencido de que la legalización reduce las ganancias de los traficantes y el desperdicio absurdo de recursos contra el crimen organizado (en esto no le falta razón).

No le gusta la austeridad fiscal y propuso subir los impuestos al 1pc de la gente más rica (como si al final esto no terminara afectando a la más pobre).

A los ecologistas no les hace mucho caso. En esto no se ha doblegado.

Durante los años 2020-2022… se comportó como un verdadero déspota, coartando las libertades de sus ciudadanos de la manera más inimaginable para un país con ese nivel de desarrollo…todo en nombre del fenómeno covidiano.

Los camioneros se rebelaron y entonces Trudeau les congeló sus cuentas y tomó todo tipo de represalias en su contra (en nombre de la ciencia y la salud de su pueblo… claro).

A este niño mimado del globalismo tampoco le gusta que lo critiquen, y le encanta tildar de fascistas e imponerles restricciones a los que osan cuestionar su desempeño, como lo hizo con el eminente psicólogo Jordan Peterson cuando mandó a amenazarlo con retirarle su licencia si no se reeducaba en el uso de las redes sociales (a pesar de tener más de 15 millones de seguidores que lo admiran).

No es de extrañar entonces que lamentara tanto la muerte un dictador irrespetuoso de los derechos humanos como el de Cuba, que Elon Musk lo caricaturizara como Hitler, y que ya no tenga mayoría en el senado… porque conservadores sensatos estén seduciendo al público elector.

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