El Colegio de Abogados de la República Dominicana, CARD, es uno de los principales gremios del país. Aunque hay muchos profesionales del derecho que allí no están inscritos, lo que es obligatorio para poder postular en los tribunales, tenemos más de 70,000 abogados, yo entre ellos. Somos parte esencial de nuestro sistema de justicia. Por ello debemos estar bien representados, donde sea un honor ser parte del CARD, no lo contrario como ocurre en la actualidad.

El próximo 5 de diciembre están pautadas las elecciones para elegir la directiva nacional y las seccionales de cada provincia. Es un gran reto para nuestro sector. Estará en juego el buen nombre de nuestra clase, sus propósitos éticos, su compromiso con las buenas o las malas causas. Estas elecciones nos definirán, dejarán para bien o para mal una profunda marca entre nosotros; y, por igual de importante, determinarán el grado de respeto de la sociedad hacia nosotros.

Desde hace tiempo el CARD, está en problemas, con una directiva cuya legitimidad es cuestionada, con varios casos en los tribunales, las cuentas embargadas, escándalos por doquier, conflictos internos e incumplimientos. Esto, entre otros motivos, ha provocado severas críticas de la opinión pública y ha obligado a suspender las elecciones en dos ocasiones, pues debieron celebrarse en diciembre del año pasado. Estamos mal.

Y esto se agrava por la crisis económica de nuestro sector por culpa del COVID-19, lo que ha sido fatal para muchos de nosotros, pero donde el comportamiento de miembros directivos del CARD no ha ayudado a buscar soluciones razonables, independientemente de la necesidad de que se abran los tribunales para las audiencias presenciales, lo que apoyo, siempre acorde con los protocolos de salud.

De igual manera, si anhelamos avanzar, debemos pensar en lo posible más allá de los criterios políticos y partidistas, enfocándonos en el Bien Común de nuestra clase. Lo ideal es la unión de voluntades y que se apoye a alguien con una positiva trayectoria gremial, donde sus hechos hablen por sí mismos.

Las elecciones de diciembre deben ser diáfanas, con un correcto padrón, con una Comisión Electoral que haga su labor como Dios manda, donde se elijan democráticamente las autoridades nacionales y provinciales Y como es una fecha trascendental para los abogados, nuestra participación es en el proceso electoral es indispensable y debe ser activa y militante, más allá del voto.
Definitivamente, necesitamos un nuevo CARD comprometido con la institucionalidad, la transparencia, el trabajo y el servicio eficiente a los profesionales del derecho; en resumen: es imprescindible un CARD sólido, por el bienestar de la patria. La buena noticia es que hay quienes pueden lograrlo. I haréis justicia.

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