Las organizaciones políticas con candidatos presidenciales posicionados para clasificar para una segunda vuelta, tienen diferentes opciones, a veces exitosas si saben manejarse en un contexto con diferenciaciones tan finas como lo es un vello humano; un vello es más fino y corto que un pelo y no tiene médula ni glándula sebácea, no es mayor de 2mm.
El contexto actual sin dudas, aunque siempre hay quien porfía, es que Abinader desde marzo se mueve muy poco, entre 41% y 44%; Leonel ha subido a 33%; y Gonzalo se desploma a 18%.
Abinader está varios puntos por encima de su partido, lo mismo Leonel. Pero Gonzalo está debajo del suyo. Estas elecciones la definen los candidatos, no los partidos.

Esta realidad conocida por los estrategas de esos candidatos, colocan el proceso en ellos y no en los partidos. El partido oficial ha tenido la peor carga porque él “tiene dinero ajeno” y el Estado apoyándolo, pero es el peor candidato que pudo postular esa organización oficialista.

Si Abinader no se mueve hacia arriba, vale preguntarse ¿por qué? Es que su espacio, su techo, para crecer es de muy pocos puntos; pueden ser dos o tres, no podrá sin negociar asegurar su triunfo.

Eso explica que Roberto Furcal, coordinador de campaña de Abinader afirmara que ellos están realizando lo que llamó “estrategia de remate”. Ahí confiesa esta joya: “Conversamos en sentido general, obviamente todavía de manera informal, porque toda fuerza que está participando para la primera vuelta, no quiere mandar una imagen de que tiene un acuerdo, porque pudiera perjudicar probablemente a esa fuerza”.

Es evidente que se trata de una confesión de haber manejado ese tema con la cúpula del PLD. Con la Fuerza del Pueblo no ha sido, puesto que nuestras acciones pactadas han estado sujetas a cuestiones puntuales ante la JCE sobre el voto del exterior, la dirección de informática y el protocolo sanitario. También sobre temas del Congreso, para el control de las prórrogas del estado de excepción y sobre la negativa nuestra a tocar la reforma constitucional.

El crecimiento de Leonel tiene inquieto y preocupado al PRM. Leonel tiene un techo de crecimiento que proviene, entre otros, de las bases del PLD; les crea incertidumbre al PRM y al PLD que Leonel reciba ese vuelco o avalancha, como se ve asomar cada vez más.

Ambos, PRM y PLD, están ansiosos y por eso Roberto Fulcar suelta esta otra joya: “En una segunda vuelta está claro que el que quede en tercer lugar apoyaría a Luis Abinader, eso es lógico, porque hay una radicalización en las relaciones entre las otras dos fuerzas” (Programa “Verdades Al Aire”, del periodista Adolfo Salomón, CDN 37).

¿Quiénes están radicalizados? ¡Está claro!

Tremendo dilema para el PRM. Si espera acuerdos con la cúpula del PLD para buscar los porcentajes que les faltan para subir, también le quita puntos. La cúpula puede darle, pero como es a cambio de impunidad le resta más de lo que le da.

La primera vuelta se celebrará y el PRM ya sabe, parece que no lo quería aceptar, de que de ahí saldrá su candidato presidencial a enfrentarse a Leonel, con quien no quisiera hacerlo, tal y como se negó detrás de Gonzalo cuando ANJE organizó su debate.

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