El periodista Felipe Ciprián viene publicando en el Listín Diario, desde hace un tiempo, una serie de análisis sociopolíticos de proyecciones electorales de cara al 2020. Tales tesis, desde mi punto de vista -aunque con algunos aciertos o posibilidades de concreción-, son de improbable realización si partimos de los antecedentes históricos y de la propia dinámica socio-política-cultural e “ideológica” (¿…?) que los actores políticos tradicionales y “emergentes” les han impregnado al quehacer político-electoral desde los partidos y los movimientos sociales (incluido Marcha Verde).

De los escenarios de Ciprián, sólo dos (que implican, a grosso modo, la división formal del PLD), tienen, a nivel de percepción-publica y de otros analistas, posibilidades de concreción; pero…, siempre y cuando: la lógica política y, sobre todo, obviar el referente histórico-funesto Jorge-Blanco-Majluta-(1986), abandone al PLD. Por supuesto, no quiero que se infiera que el PLD, de cara al 2020, es infalible.

Fuera de esos hipotéticos-escenarios, las demás tesis-análisis de Ciprián; pero, concretamente, la de que una oposición agrupada-nucleada en torno a los “emergentes”, núcleos sociales-variopintos, sectores-progresistas, desencantados-“indignados” y Marcha Verde logren alcanzar el poder a través de una estrategia política-electoral por peldaños, vale decir, logrando alianza-consensos unitarios, primero, a los puestos de elección popular: senadores, diputados, síndicos y regidores a nivel nacional; y una vez; logrado el triunfo electoral, a ese nivel congresual-municipal, ir, con un solo candidato, tras la presidencia. Esa, desde toda lógica -subjetiva-objetiva (¡y con esos actores!)-, luce una película de ficción, pues, en primer lugar, el Bloque-oposicionista -PRM-“emergentes”- se disolvió, la Marcha verde esta cuasi-tele-dirigida por una franja del PRM (la de Luis Abinader-teóricos-intelectuales-periodistas que le da oxigeno-militante en cada una de sus protestas); pero además, tal fenómeno-político, avanzar por peldaños para alcanzar el poder, ya se dio desde los partidos tradicionales: el PRD desde 1998-2002-2006, y el PLD desde el 2006 hasta el día hoy.

Claro, entendemos que Ciprián se está refiriendo a otro tipo de espectro-conformación político-electoral y de estrategia política-“ideológica”-programática. Pero la pregunta es: ¿Si Ciprián esta obviando que la construcción de ese escenario, o “revolución pasiva” (Gramsci), es, precisamente, el mismo sueño-utopía que el camarada Narciso Isa-Conde –otrora Virtudes-padre-Toño y comparsa- viene prefigurando desde hace 40 años, con la salvedad, de que muchos de sus actores protagónicos, en el camino, abandonaron a Narciso, a la “izquierda-burra”, al PRD y al propio PLD, para dar rienda suelta a sus aspiraciones presidencialistas (Guillermo-Minou-Puig-Estrella)?

A lo más que podría llegar ese “Supondré” de Ciprián (LD-sept-21/18), con el debido respeto, es a un outsider que aún no se vislumbra…, (porque los partidos tradicionales siguen siendo referentes electorales).

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