Todos recuerdan aquel pacto que se convirtió en “patriótico” para hacer que lo imposible se convirtiera en posible. Reconfirmaba que la política es la ciencia donde todo puede suceder. Dos antagonistas, de repente pudieron anteponer sus desacuerdos para bloquear a quien consideraban la principal fuerza política del momento y virtual ganador.

Todo quedó sellado con un apretón de manos y un discurso contundente, que aún resuena en los oídos de los que expectantes vivieron ese momento histórico político.

En víspera de las elecciones del 2024, ante un escenario donde tres fuerzas políticas luchan por sobrevivir con autonomía y agenciarse el triunfo, Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Fuerza del Pueblo (FP) y Partido Revolucionario Moderno (PRM), la realidad es que dos de esas fuerzas, deberán sellar un pacto que no sabemos si llegará a los niveles de patriótico, si desean jugar un papel contundente con respecto al partido oficial, que tiene todas las de ganar, por múltiples razones, la más importante, porque está en el poder.

Hay muchas inquietudes en torno a esta posible alianza, como por ejemplo ¿Quién será el elegido como candidato presidencial? ¿Entrará Danilo Medina en esa jugada? ¿Quién remolcará a quién?

La realidad es que ambos líderes tanto Leonel Fernández, como Danilo Medina, saben cuáles son sus posibilidades, salvo un cambio milagroso de último minuto, ninguno de los dos por separado, llegará a la meta. El proceso del 2024 también servirá para definir algunos temas que despejarán un poco más el camino para el 2028, cuando se espera que una nueva generación política asuma el liderazgo de los procesos y los líderes que hoy encabezan la competencia, jueguen un papel pasivo pero, igual de importante, como mentores y guías de ese relevo, claro está, si se pone en marcha la sensatez política.

A lo interno del PLD y de la FP, hay altos dirigentes que mueven las fichas para una posible alianza bajo la premisa de jugar un papel importante en el 2024, aunque algunas voces se han levantado diciendo lo contrario, como el propio candidato a la presidencia del PLD, Abel Martínez. Habría que esperar con paciencia, a ver si los expresidentes Fernández y Medina, se entienden y son capaces de bailar un vals luego de lo ocurrido en el 2020, debido a que ambos están sintiendo en carne propia la derrota, puesto que no es lo mismo estar en el poder con presión, que la presión que se siente estando fuera de él.

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