Teléfonos reportados robados o perdidos serán bloqueados
Teléfonos reportados robados o perdidos serán bloqueados

Vivir en un mundo globalizado tiene ventajas, pero también muchas desventajas. El hecho de que nuestros datos personales estén de mano en mano ya sea en los burós de crédito o data nos hace vulnerables y ser blanco de ataque de parte de empresas que se dedican a ofertar productos y servicios a través de la línea telefónica, y que pueden poner en riesgo en algún momento a usuarios de caer en trampas financieras por parte de empresas suplantadoras o mafiosas.

Los smartphones o teléfonos inteligentes son la mejor vía para este tipo de actividad y de un tiempo acá nos están dando mucha “lata” y me refiero a la facilidad que tienen estas entidades intermediarias establecidas o de origen dudoso de acceder a números personales para persuadir, e intentar ofrecer productos y servicios con aparentes ventajas para los usuarios.

Estas empresas, comúnmente, ofertan emisión de tarjetas de crédito, préstamos bancarios preaprobados, venta de seguros residenciales y personales, y hasta servicios funerarios, entre otros rubros relacionados a productos de consumo.

Particularmente, cuando recibo estos timbrazos opto por abortar la llamada o simplemente me adelanto a rechazar la oferta que promete el interlocutor, porque de lo contrario nos arruinan el momento o terminamos envueltos en compromisos indeseados.

El asunto es que desde hace años estamos siendo víctimas del bombardeo de llamadas con voces diferentes, lo cual molesta mucho, sobre todo cuando estamos muy ocupados.

Estas llamadas, entiendo, son reguladas por el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones, y por la oficina de Protección al Usuario, sin embargo, hay empresas que se exceden y violan las normas establecidas y sofocan a cualquier hora del día.

Las empresas telefónicas y bancarias son las que más utilizan este tipo de servicio para la captación de clientes, ofertando nuevos plásticos y líneas de créditos, préstamos personales, así como planes de nuevas líneas telefónicas e internet.

Las llamadas caen a nuestros smartphones cuando menos las esperamos y se caracterizan por un leve bache cuando la dejamos pasar, y luego la voz entrecortada llamando al cliente por nombres y apellidos.
Regularmente, la persona que llama tiene la delicadeza de preguntar si está disponible para escucharle. En otros casos sirven la información sin pausa.

Creo que casi todos hemos vivido la experiencia de los timbrazos indeseados de números desconocidos en los momentos menos deseados. Y muchas veces aceptamos la llamada ante una posible alerta de robo o clonación de tarjetas de crédito, una práctica todavía muy común en nuestro país.

Sin embargo, también podríamos caer en el juego de llamadas deliberadas con fines delincuenciales, procedentes de lugares desconocidos, algunas, de acuerdo con testimonios, de cárceles, prostíbulos y negocios que operan bajo el manto de la ilegalidad.

De hecho, existen aplicaciones que detectan este tipo de llamadas perniciosas, pero como todo en la viña del Señor tiene espacio, solo nos queda ser cautelosos y no caer en el gancho a la hora de proporcionar información personal que comprometa nuestra integridad como ciudadanos.

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