Como cada año, la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) celebra su aniversario, donde se invita un orador y se reconocen empresas o personas. En este cincuenta y cinco aniversario y con la presencia de la honorable vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño de Fernández, se reconoció el trabajo de muchos años y la ética de don Julio Brache Arzeno y el aporte al sector empresarial de Flora Montealegre, representante en el país del Banco Interamericano de Desarrollo.

El orador lo fue Marcial Najri, quien tituló su conferencia “Vivencias y Experiencias de un Empresario Neo Retirado”.

Marcial hizo un excelente recuento de cómo un empresario se inició en los negocios en la República Dominicana. Confesó que no era economista, financista, ni político, pero para sobrevivir como empresario en este país hay que ser de todo un poco, sin llegar a ser político partidista.

Cuando Marcial hablaba me traía a la memoria la tesis del premio nobel de economía, Richard H. Thaler, sobre la economía del comportamiento. Cuando desarrollaba su ponencia y relataba sus experiencias, tal vez sin proponérselo, desarrolló la tesis del modelo dominicano: la economía de la conveniencia.

Hablaba de la subvaluación como resultado de los altos aranceles y que las autoridades en el caso de vehículos por años, en vez de reducir aranceles aceptaban que los empresarios subvaluaran: economía de la conveniencia.

Esta práctica enfrentó por muchos años a industriales e importadores, sin buscar más solución que la de aceptar la subvaluación y sin dudas el sector de vehículos fue el mejor de los ejemplos, se aceptaban valores menores en vez de reducir los aranceles: economía de la conveniencia.

Mencionó que su empresa y otras no participaron en un momento, en el cual para importar vehículos era necesario pagar una cuota de mil dólares, lo que al igual que a otras que no participaron, perdieron cuota del mercado.

Me recordó una enseñanza que aprendí cuando apenas tenía diez y siete años de Don Fello Esteva cuando me dijo, “prefiero que mis empresas cierren antes que entrar en el juego de la subvaluación”.

El tema de la administración pública en la época del presidente Balaguer, considera Marcial que era más disciplinada, no deja de tener razón, éramos una economía mucho más pequeña y sin duda no sólo en la administración pública sino la sociedad; ese deseo de tener dinero, de exhibir riqueza y poder, era diferente. Pero no podemos olvidar que fue precisamente durante esa administración que se olvidó la educación y se crearon 300 millonarios.

Muy buena observación la que hace el amigo Marcial, de que a través de leyes y regulaciones se promueve precisamente el incumplimiento de las mismas porque son los mismos encargados de cumplirlas los primeros en violarlas. De nuevo la economía de la conveniencia.

Desde la época de Trujillo, con otro carácter, ya existía la economía de la conveniencia, cuando el dictador exigía vehículos gratis y energía más barata para sus empresas y libre de costo para el barrio Mejoramiento Social.

Posiblemente de ahí sacamos las exoneraciones a los legisladores, sin límite de costo, que terminan en importaciones de vehículos de lujo que van a parar en manos de particulares con toda la capacidad de pagar los impuestos.

Un tema que he tratado muchas veces y que me alegró que mi amigo Marcial lo haya tomado en cuenta en un foro tan importante como el aniversario de la AIRD, es cuando dice que ser exitoso en los negocios representa para muchos estar en el borde del cumplimiento de las leyes y que esto ha sido promovido, desgraciadamente, por medios de comunicación, que con sus críticas han pretendido hacernos parecer insensibles, evasores, promoviendo la vulgaridad y el chantaje, pero que desgraciadamente sostenemos con nuestros anuncios.

Como suplidor de insumos para el sector agrícola conoce las ventajas y riesgos. Somos autosuficientes en arroz, reconoce la importancia de este rubro, no sólo por el hecho de ser autosuficientes y alimentar diez millones de dominicanos y seis millones de turistas, sino por el impacto que genera en catorce provincias arroceras donde sólo en tres provincias el arroz representa más del setenta por ciento de los empleos del sector agrícola.

Pero las amenazas no son sólo para el sector agrícola; el industrial decrece cada año, fruto de tratados de libre comercio, que no han sido en absoluto beneficiosos para el país, por lo que representa la carga social, por pagar servicios dobles, por tener un ITBIS excesivo y no generalizado que permite las evasiones y por tener que pagar impuestos antes del ciclo productivo.

El sector comercial, por igual está seriamente amenazado con las importaciones sin ningún tipo de regulación, exentas hasta doscientos dólares sin límite ninguno, de las veces que este mecanismo puede ser utilizado y que lentamente va desplazando el comercio formal y terminará por cerrar las importantes plazas comerciales del país.

El tema de la juventud, Najri lo trató con propiedad, falta de oportunidades, 61% de nuestros jóvenes entre edades de 15 a 24 están sin empleos. ¿A dónde nos lleva eso? A embarazos no deseados, a desesperación que conduce a criminalidad o a la asociación con el narcotráfico, ya sea como consumidores o traficantes.

Es mucho lo que trató Marcial Najri. Espero que no se retire y con su experiencia pueda seguir contribuyendo a generar cambios para un mejor país. Mis felicitaciones por sus claras y valientes palabras.

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