El Senado de la República aprobó esta semana, en primera lectura, el proyecto que modifica el artículo 304 de la Ley 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial de la República Dominicana, para penalizar como infracción con agravante al que provoque accidentes por conducir motocicletas levantándolas en una rueda en las vías públicas.

La pieza establece varias sanciones, entre estas, a quienes realicen competencias en vehículos de motor en la vía pública o manejen sin estar provistos de la póliza de seguro correspondiente, por exceso de velocidad, conducir bajo efectos del alcohol o drogas, entre otras.

Para mí, esas variaciones de la Ley de Tránsito, propuestas con muy buena intención por el senador Cristóbal Castillo, de Hato Mayor, son innecesarias porque esas violaciones conllevan en la actualidad multas para los conductores que las cometen, incluidos los motoristas, con excepción de la provocación de accidentes por conducir motocicletas en una rueda en las vías públicas.

Para muestra basta citar el artículo 2, de la Ley de Tránsito que establece: “La presente ley regulará todos los medios y modalidades de transporte terrestre, nacionales o internacionales, sus propietarios, los operadores, pasajeros y cargas, la circulación de los vehículos y de animales en las vías, y cualquier otra actividad vinculada a la movilidad, el tránsito, la seguridad vial, tanto en el ámbito urbano como interurbano”. Léase bien: “Todos los medios y modalidades de transporte terrestre…”, lo cual incluye a las motocicletas.

Aunque se eleve a agravante la comisión de las acciones contempladas en la aprobada modificación de la Ley de Tránsito, para regular el comportamiento anormal y sin control de los “invisibles motoristas” en las vías públicas, se deben colocar lentes especiales a los agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) para que comiencen a verlos y aplicarles las sanciones correspondientes contenidas en esa pieza legislativa para ellos y para todos los conductores de vehículos de motor, y así evitaremos accidentes por la conducción de motocicletas en una o dos gomas.

Cruzar en rojo los semáforos, conducir por aceras, túneles, elevados, en vía contraria y sin límite de velocidad, es el comportamiento cotidiano de la mayoría de los motoristas, sin ninguna consecuencia.
Desde hace años vengo propugnando por el cumplimiento de las leyes dominicanas en vez de crear otras o modificar algunas sin necesidad.

La mayoría de los motoristas se han convertido en una plaga que solo será “educada” cuando las autoridades comiencen a rociarla con las sanciones económicas establecidas en la Ley de Tránsito cada vez que incurran en una violación al desplazarse por las vías públicas.

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