Retomo el tema de las “encuestas”. A ese vocablo le pongo comillas porque, sin ser hiperbólico, el 70 por ciento de los más recientes sondeos (que han embadurnado a los medios de comunicación), a mi juicio no son reales. Son mediciones falsas, maquilladas.
En las últimas tres semanas, en medio del devastador coronavirus, han sido publicadas entre diez y doce encuestas.
De acuerdo con sus diseñadores, dueños de empresas encuestadoras, los resultados favorecen a determinados candidatos que terciarán en las elecciones presidenciales y congresuales pautadas para el cinco de julio.

Este artículo no tiene el propósito de resaltar, en función de los resultados de las referidas “encuestas”, la popularidad del aspirante (o los aspirantes) a la jefatura del Estado.

El objetivo es concienciar a la gente respecto al rol que deben jugar los medios de comunicación cuando se trata de publicar noticias y, en el caso de nos ocupa, dar a conocer resultados de las supuestas encuestas políticas.

Vamos al “grano”: No hay que ser un experto en periodismo, o haber escudriñado en los textos que sobre esta profesión escriben los académicos, para saber quiénes son -literalmente- los que consumen noticias.

Pongamos el siguiente ejemplo: El periódico es una empresa que vende noticias. Las vende al público. La noticia es un producto o mercancía que el lector consume y lo hace con la certeza de que la noticia que le venden es creíble.

Es lo mismo que hacen los demás medios noticiosos. Digamos diarios digitales, revistas, noticiarios de radio y televisión.

Cada medio busca llevar al público un producto bien terminado. El gran propósito de cada medio es llevar a los lectores, televidentes, radio-escuchas, entre otros, noticias que no tengan ninguna distorsión. ¡Que prime la objetividad!

El periódico (impreso o digital), e igualmente el noticiario radial o de televisión que publique informaciones distorsionadas, sin la sustancia que alimente la objetividad, entonces perderá credibilidad.

La credibilidad es lo que deben, siempre, buscar los medios. Porque un medio que no tenga credibilidad está fracasado.

Pero cuando es lo contrario, sus bonos se elevan y por consiguiente se gana la confianza de la sociedad toda.

En las encuestas publicadas recientemente se observan amplias márgenes de diferencia. Entonces, ¿en cuál encuesta creer?
Los medios noticiosos tienen que tener mucho cuidado. No publicar falsas encuestas, que no son creíbles. El periodismo responsable no debe perder el respeto del público. ¡Y mucho menos la credibilidad!

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