Esta pregunta está sobre la mesa. Y naturalmente, las posibles respuestas dividirán la opinión pública latino-americana en líneas ideológicas. La izquierda y aquellos que desean ponerse un traje de izquierda han expresado su rotunda negativa a cualquier tipo de intervención. Desde su perspectiva, el principio de no intervenir en la soberanía de otros países resulta inviolable y sagrado. Igualmente proclaman el principio de la “auto-determinación de los pueblos.”

Siguiendo esta lógica aparentemente irrefutable, los dominicanos deberíamos denunciar la invasión de 1959 contra el tirano Trujillo y tomar medidas urgentes para honrar el principio “sagrado” de la no intervención. A saber, quitar el nombre de Centro de los Héroes y devolverle a ese importante complejo su nombre original: Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. ¿ Y qué nombre le pondríamos a la avenida que llega a la Feria de la Paz y que honra a un gran héroe? Hay muchas opciones. Avenida Negro o Petán Trujillo, parecerían adecuadas. Es decir, el argumento de la no-intervención se descalabra pues resullta ideológicamente dogmático y radicalmente superficial. ¿O es que hay intervenciones buenas o malas, dependiendo del país de origen?

Existen otras maneras de intervenir que deben ser denunciadas. Un ejemplo es el “inmoral bloqueo imperialista” contra el gobierno de Maduro. Y existen pruebas contundentes que favorecen dicho argumento. Por ejemplo, la prohibición a los bancos de Wall Street a negociar los bonos venezolanos. O mejor dicho, la prohibición a los bancos de Wall Street a que se lucren de los altos intereses que resultan de la precaria y desorganizada situación financiera de Venezuela. ¿Y es esta prohibición inmoral? A pesar de que dicho impedimento fue dictado por razones políticas, sus implicaciones éticas nos parecen irrefutables. Como justificar la especulación originada por una situación financiera desesperada. Aun más, el régimen venezolano tiene una suerte de liderazgo mundial en el despilfarro de recursos financieros.
¿Sobre qué base moral se justifica dar mayor gasolina a ese dispendio? Tomemos el caso de China. Le prestó 18 mil millones que no sabemos donde fueron a parar, pues la economía está peor que nunca.

Pero la actual situación venezolana es más compleja. Venezuela no existe en un vacío. El desastre venezolano ha provocado la mayor migración en la historia de América Latina. Cuatro millones de personas han emigrado hacia países vecinos. Semejante impacto humano ha tenido un efecto socio-económico negativo para los países receptores. Entonces, si una serie de países están siendo negativamente afectados por la situación de Venezuela, deben ellos ser indiferentes, o deberían buscar una solución.
Desde luego que favorecemos cualquier acción conjunta para presionar al señor Maduro a salir del poder. Aunque de ninguna manera favorecemos la violencia.

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