A pesar del discurso a favor de la inclusión de las mujeres en la política y de las reformas dirigidas a una mayor equidad de género en la competencia electoral, es muy poco lo que avanzamos en la República Dominicana. Así lo indica el estudio “Más mujeres, más democracia: desafíos para la igualdad de género en la política” presentado recientemente por el PNUD, la JCE y el TSE. Sustentada en datos levantados a mediados del pasado año, esta investigación evidencia lo distante que está el sistema político dominicano de cumplir con las expectativas de una mayor igualdad entre hombres y mujeres en las instancias de representación y órganos de poder del Estado.

La participación de las mujeres en la Cámara de Diputados es de 27.8%, por debajo de la cuota del 33% y del promedio de América Latina (29%.) En el Senado el asunto es más grave, pues de 32 legisladores apenas 3 son mujeres (9.37%). De 23 Ministerios, al momento del estudio solo cuatro (4) eran dirigidos por mujeres. Más recientemente ese número bajó con la designación de un hombre en el Ministerio de Salud Pública. Es decir, en el país el porcentaje de mujeres en el gabinete es de 13% cuando en la región el promedio es de 24.5%. Por otro lado, según indica la investigación, en los gobiernos municipales se tiene tan solo un 12% de alcaldesas.

La precaria participación de las mujeres en los espacios de decisión del Estado está estrechamente relacionada con su situación en los partidos políticos. A pesar de la activa militancia política de las mujeres, de las 26 organizaciones políticas existentes en el país, solo una es presidida por una mujer y en dos (2), tienen secretarias generales. Este último número aumentó a tres (3) con las elecciones internas del PRM. Al analizar las direcciones políticas de los dos principales partidos, se concluye que la situación no es distintas. En el comité político del PLD solo cuenta con 6 mujeres de 35 miembros y el PRM con 7 de 50 miembros.

Este papel secundario de las mujeres en la política dominicana tiene que cambiar radicalmente, pues la calidad de la democracia está estrechamente relacionada con una mayor equidad de género en el sistema político. La participación paritaria de las mujeres en los espacios de decisión política y en los partidos, ayuda a mejorar las políticas públicas de los gobiernos. Por esta razón, las reformas políticas actualmente en debate, así como la práctica desde el Estado y los partidos políticos, deben propiciar condiciones de mayor igualdad entre hombres y mujeres en los espacios público. De esta manera gana la democracia y el desarrollo social y económico en la República Dominicana.

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