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¡Hola, distinguidos lectores de elCaribe! No procede cansarse de corregir las faltas ortográficas más comunes, porque siempre habrá una mirada nueva para aquellas enseñanzas que a veces pensamos que son repetitivas, pero que es un aporte para quien menos imaginamos.

Hemos hablado tanto de los monosílabos y del acento diacrítico, pero créanlo: abundan hispanohablantes que desconocen la regla y no se preocupan, pero mucho menos se ocupan de conocerla para tratar de enmendarlo y no cometer la falta ortográfica.

Sobre esa parte que cito en el párrafo anterior, toca remitirles a que ubiquen su regla más ampliada en la RAE o en la Fundéu, pero les explico de manera resumida a continuación: los monosílabos no llevan tilde, pero cuando estos tienen otro igual se emplea el acento diacrítico para diferenciarlos. Es el caso de “sí” (que afirma) y “si” (de uso condicional). Por ejemplo:

-“Sí, ayer me hice el facial que tenía agendado”
-“Si lo hubiese sabido, jamás lo habría hecho”.

Es importante repetirles que quienes se afanan por escribir y hablar bien siempre marcarán la diferencia ante quienes no lo hacen, porque la calidad se nota no solo en la buena gramática, sino que, incluso, es constatable en la forma en la que nos comunicamos.

Y a propósito de comunicar, en estos tiempos en los que muchos que aman estar en vitrina se creen periodistas sin estar formados en el oficio ni siquiera a nivel técnico, he escuchado intervenciones en “programas” radiales y televisivos en donde abunda lo penoso en cuanto a profesionalidad y calidad, situación que entristece a los que conocemos realmente cómo debe funcionar esto.

Cierro con una pequeña reflexión porque he pensado mucho en el rumbo que está tomando el periodismo y la comunicación. Sí, “periodismo” y “comunicación”, porque en la actualidad hay que separar ambas “especialidades”, debido a que hoy día se le llama “comunicador” a cualquiera que esté en un espacio de comunicación sin haberse formado en el oficio.

No quiero que piensen que esto es un ataque despiadado y eterno al intrusismo que, aunque siempre lo he condenado porque apuesto a la preparación, he sentido en estos días que más que condenar y tratar de arrinconar, debemos edificar y orientar a quienes quieren estar en algo tan delicado y poderoso como un medio de comunicación.

El periodismo tiene un reto muy fuerte: el de edificar no solo a la sociedad que recibe la información, sino también hacerlo con quienes quieren estar en este mundo sin haberse formado para hacerlo… Por ahora no sé cómo, pero hay que adecentar esto.
¡Gracias por leerme!

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