Hay quienes se frotan las manos a la espera de que algunos partidos desaparezcan, y con ellos, los principales males que afectan nuestra política.
Los que así piensan probablemente no han leído al canadiense David Easton, especialista en ciencias políticas, que plantea que los partidos son “canales de transmisión hacia los poderes públicos de las demandas de la población, mediante los cuales se decide qué políticas públicas deben efectuarse para garantizar la convivencia pacífica y el progreso social”.

Lo ha dicho también la politóloga Marcela Prieto Botero, directora del Instituto de Ciencia Política de Colombia: “Los partidos políticos deben constituirse en el pilar fundamental para un adecuado funcionamiento de la democracia, sistema político que debe defenderse”.

Y advierte Prieto que “sería un gran error desconocerlo, puesto que es el único sistema existente que defiende los principios de la libertad –derecho fundamental para la pacificación y justa convivencia de nuestra civilización”–. Se hace necesario confiar en que los partidos se constituyan en los garantes de las transformaciones que necesita el pueblo dominicano, comenzando por propiciar esas reformas internas que ayudarán con el fortalecimiento de sus estructuras y el avivamiento de la militancia, así como la captación de nuevas fuerzas que vayan en pos de esa renovación.

Tenemos en el Revolucionario Dominicano (PRD), con 82 años de su fundación, al partido con más historia en el país.

Las conquistas y los aportes a la sociedad del PRD, desde su fundación como partido, no deben quedar en el olvido, y sólo por ello debe mantenerse como bujía inspiradora de su dirigencia, y propiciar cuanto antes los cambios y transformaciones que vayan en pos de un mejor futuro para esa organización y su militancia, luego de lo sucedido en las pasadas elecciones. Estoy convencida que su liderazgo ha entendido el mensaje, y trabaja para integrar nuevos actores que tengan un compromiso claro con lo que significa asumir la carrera política, y no con hacer dinero desde la política. En los próximos días se espera el inicio de un congreso que arroje datos positivos en torno a esa transformación que debe darse en lo interno y que se refleje a lo externo.

El pueblo necesita garantías de transformación, se debe actuar con más cautela y cuidado, al dar los próximos pasos sin temor, y también saber apartar la paja del trigo. Quien solo esté preparado para levantar un dedo acusador sin autocriticarse no debe ser parte de esta renovación que esperan los dominicanos, no solo del PRD, sino de aquellos partidos con arraigo e incidencia en el sistema democrático dominicano.

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