Apreciado amigo y presidente de la República Dominicana, Luis Abinader:

Deseo expresarle mis sinceras y reales felicitaciones al arribar al primer año de su gestión gubernamental. Ha tenido la oportunidad única en el mundo para un presidente nuevo, de gobernar en medio de la peor crisis de salud y económica de un siglo. Nadie había experimentado esa extraordinaria y difícil situación, que al mismo tiempo le llena de gloria y le iguala en una galería exclusiva de los mandatarios del mundo en tiempo de pandemia.

Heredó una situación económica difícil, con muchas precariedades y de muchas demandas sociales que atender y sin los recursos económicos en las manos para poder satisfacerlas todas. Las finanzas públicas presentaban serias dificultades por la fuerte caída de los ingresos fiscales y la parálisis de todas las actividades económicas del país, lo que el economista Iván L. Rodríguez llama “producir y gobernar con la cara enmascarada.”

Es impensable imaginar dirigir un país con la población trancada, sin empleo, sin vacuna, con limitaciones de equipos en los hospitales, y sin dinero en las recaudadoras. En medio de ese infierno dantesco, usted has sido un gladiador eficiente y prudente. Pudo continuar con los programas de protección a los más carenciados, suministró alivio tributario a los empresarios, supo identificar los requerimientos inmediatos y puntuales de los hoteles y del turismo en general.

La misma situación fiscal del país le obligó a tener que emitir deudas soberanas en los mercados financieros internacionales, apenas a dos semanas de haberse juramentado como presidente constitucional.

Manejó como un experto en crisis el problema de la administración de las vacunas. Hoy es un logro que puede exhibir ante el mundo y ser ejemplo de referencia. Estamos entre los países que más porcentaje de su población ha sido vacunada. Hoy los indicadores de contagios y muertes por el Covid-19 son de los más bajos del mundo. Gracias al manejo de la crisis sanitaria y de mantener los programas de asistencias sociales a los más necesitados ha podido lograr en tiempo record la recuperación de la economía del país.

Su gestión del país y las rápidas acciones emprendidas han generado grandes expectativas de crecimiento económico en este año 2021. Los organismos financieros internacionales y la CEPAL están pronosticando que la economía dominicana crecerá en términos record a nivel regional.

De acuerdo con el Banco Central el país ha logrado reactivar la economía, que creció 13.3 % en el primer semestre y, según las proyecciones oficiales, se espera que el PIB crezca entre un 9% y un 10% al finalizar 2021. Entre las actividades de mayor expansión están los sectores construcción, zonas francas, minería y el comercio, mientras que avanza, paulatinamente, la reactivación del turismo, que fue hasta 2019 la principal fuente de divisas del país, y que entre enero y julio generó ingresos por 2,145 millones de dólares.

En la recuperación económica no puedo dejar de reconocer el rol de las remesas de nuestros compatriotas en el extranjero. Ciertamente ya superan los 8,200 millones de dólares enviados el año pasado, los que impidieron al país caer en una situación cercana a la debacle. Debo reconocer también el costo que ha traído la rápida recuperación. Me refiero a la inflación, que se subió al 7,88% interanual en julio, y a más de un 10% en el presente año. Pero usted supo actuar con justicia al autorizar un aumento salarial de un 24% en promedio al salario sectorizado de los trabajadores, así como un incremento a las pensiones de los principales dirigentes sindicales, y eso es otro gran logro de su gobierno.

Sin embargo, considero que en su discurso dejó fuera dos aspectos que no debieron quedar ausente: la fiebre porcina y la tragedia del pueblo haitiano con el terremoto ocurrido en ese pobre país. Soy consciente de su sensibilidad humana ante el sufrimiento de los más necesitados. Haití pasa por momentos estelares de carencia, de desolación, de muerte, de sufrimiento.
Debiste dedicar unas palabras de aliento porque todo el mundo sabe de lo solidario del pueblo dominicano ante las desgracias de la hermana Nación. Y creo que es un error de su gestión gubernamental incurrir en algo tan odioso como la verja o muro perimetral en las fronteras. Con la caída del muro de Berlín en 1989 ya es una necedad separar a naciones fronterizas. Hasta los propios Estados Unidos han descontinuado esa desacertada decisión de un troglodita como Donald Trump. Le sugiero no gastar recursos ni tiempo en esa descabellada medida, sin descuidar el control de nuestras fronteras.

Y, por igual, considero que fue notoria la ausencia de referencia a la terrible situación que atraviesan los pequeños y medianos porcicultores del país. Este fenómeno de la fiebre africana porcina creará más pobreza en nuestros campos. Y adoptar las medidas de lugar, tanto desde el lado del sacrificio de los cerdos, como de la compensación económica a sus dueños, harán que su gobierno y su persona, en particular, sean más aquilatados y justipreciados por todos los dominicanos.

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