A propósito de cumplirse el 75 aniversario del periódico El Caribe, al cual he estado relacionado por 28 años, como pasante, reportero de la Redacción Central y Economía, asistente de la Redacción, editor de Economía (interino), ayudante de la Redacción y articulista, voy a contar algunas vivencias en este medio.

Mis inicios en este periódico se remontan a finales del 1994, cuando solicité a su entonces director ejecutivo, Miguel Febles, una oportunidad para realizar una pasantía, para cumplir con ese requisito de la Universidad O&M.

Luego de llamarme a la atención por decirle que fui enviado por uno de sus hermanos, el señor Febles me pidió que escribiera una descripción de Villa Duarte, mi barrio.

Después de llevar lo solicitado al señor Febles, inicié una larga y fructífera estadía de aprendizaje en El Caribe, que además de Febles y otros ejecutivos, era dirigido por Germán Emilio Ornes. Comencé a poner en práctica las teorías sobre comunicación social obtenidas en la universidad, bajo las directrices de Febles y de otros buenos conocedores del arte de escribir, como el doctor Emilio Mckinney y Loida Peña, “implacables” en la mesa de corrección. “En la Escuelita”, como suele ser llamado a El Caribe me uní a los noveles periodistas para esa época: Jesús Arias Parra, Nilda Peña, Doris Pantaleón, Santos Asencio, José Miguel Montero (fallecido), Betania Apolinar, Arelis Peña Brito (mi mentora como articulista) e Idonelia Pérez Blanco (fallecida por el Covid-19).

Yo, el hijo de Cristina Santana, y oriundo de un barrio de muy escasos recursos, como el Villa Duarte de esos años, me siento agradecido por el cariño, la protección y lo aprendido de cada uno de ellos.

Entre tantas vivencias maravillosas y aleccionadoras que he tenido en este medio, hay dos que considero más relevantes. La primera vez que mi firma fue colocada en el periódico y en una portada, con la historia de la conversión de la avenida Mirador Sur en peatonal, de 6:00 a 9:00 de la mañana y de 4:00 de la tarde a 8:00 de la noche, mediante la resolución 61/94 de la sala capitular del Ayuntamiento del Distrito Nacional.

La otra fue cuando, todavía era pasante, el doctor José Francisco Peña Gómez dijo a mi colega José Arias Parra “ese va a ser buen periodista”, por la osadía de acercarme a él a preguntarle, luego de concluida en una rueda de prensa, en la Casa Nacional de PRD, el día exacto que presentaría las pruebas anunciadas en esa actividad para desmentir acusaciones que les hacían.

Agradezco a ejecutivos de este medio, actuales y pasados, que me han dado la oportunidad de aprender periodismo y difundir mis aportes a la sociedad, entre ellos: Miguel Febles, Osvaldo Santana, Manuel A. Quiroz, Víctor Manuel Tejada, Nelson Rodríguez, Bernardo Vega, Víctor Bautista, Esteban Delgado, Héctor Marte y Héctor Linares, y deseo que El Caribe continúe siendo un medio de comunicación al servicio de la democracia y el desarrollo del país.

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