Un viejo proyecto se hace realidad

Santo Domingo, R.D.- Al asumir la presidencia del país, tras haber resultado electo con más del 60% de los votos emitidos en las primeras elecciones democráticas en treinta años, Juan Bosch se había comprometido a promover un ambicioso programa&#8230

Santo Domingo, R.D.- Al asumir la presidencia del país, tras haber resultado electo con más del 60% de los votos emitidos en las primeras elecciones democráticas en treinta años, Juan Bosch se había comprometido a promover un ambicioso programa de gobierno basado en la justicia social para la solución de problemas ancestrales, entre ellos, el del hambre, la miseria, el desempleo, el subdesarrollo, la insalubridad, el analfabetismo, la falta de tierras para los campesinos, la endeblez de las instituciones democráticas y la corrupción.
 
En su discurso de toma de posesión, el flamante Ciudadano Presidente, como exigía se le llamase, definió cuál era el objetivo final de la obra de gobierno que recién comenzaba: “… Es edificar un hogar para la dignidad, la libertad, la abundancia y la cultura… Nada se obtiene sin luchas.”
 
Y así comenzó lo que el mismo Bosch denominó como “revolución democrática”, un intento apasionado y sincero de beneficiar, de manera concreta, a las amplias masas del pueblo;  un programa de transformación de las estructuras oligárquicas y de dominación tradicionales, que generaban, de un lado, una vida muelle y abundante para las élites, y del otro, una existencia de penurias, estrecheces y desamparo para los trabajadores del campo y la ciudad.
 
Mucho se logró en corto tiempo. En apenas siete meses, una administración que había recibido del Consejo de Estado un presupuesto con un déficit de RD$53,000,000, lo que representaba casi el 30% del total, logró un superávit en el balance entre gastos e ingresos, y comenzaban a dar sus primeros frutos los programas de mejoramiento social en marcha. Fue entonces, y quizás precisamente por eso, que se produjo el nefasto golpe de Estado del 25  de septiembre de 1963.
 
Uno de los programas tronchados por aquel zarpazo de los enemigos del progreso, fue el de las Villas de la Libertad, hermoso proyecto iniciado en abril, y que debía entregar a los más necesitados  la para entonces descomunal  cifra de 5,000 viviendas a precios asequibles, financiadas con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo.
 
Entre las primeras medidas del Triunvirato que  asumió el poder tras el derrocamiento de Bosch se encontraba, precisamente, congelar ese plan y disolver el Banco para la Vivienda, creado a tales efectos. Se ahogaba en la cuna un proyecto largamente añorado por el pueblo dominicano.
 
No pude menos que pensar en la manera en que la historia se encarga siempre de restablecer el equilibrio y la justicia en las sociedades humanas, cuando escuché en el Discurso de Rendición de Cuentas del presidente Danilo Medina, del pasado 27 de febrero, que a la transformación integral del barrio de La Barquita, se unirán en breve los de La Ciénaga y Los Guandules, beneficiando a más de 45, 000 personas.
 
Que la sonrisa y la esperanza recobrada por quienes se beneficien de tales medidas de justicia sean el mejor homenaje a la memoria de Don Juan, el precursor.  
 
 

Posted in País

Más de panorama

Más leídas de panorama

Las Más leídas