La ciudad de Santiago de los Caballeros es atravesada por al menos 50 arroyos y cañadas, pero la mayoría están convertidos en espacios de contaminación, ante la indiferencia de las autoridades municipales y del Gobierno Central.
Otros espacios de estos, quizás con las mismas condiciones están ocupadas por construcciones urbanas, lo que genera preocupación entre profesionales y técnicos que prevén situaciones catastróficas por los movimientos de tierra que se pueden originar, en una ciudad vulnerable a los terremotos.
En el caso de las cañadas y arroyos abiertos, tienen el problema de los asentamientos en sus alrededores, en los cuales se depositan los desechos domésticos de miles de familias.
Algunos técnicos consultados sobre el peligro de la contaminación y los asentamientos urbanos en las cañadas, dijeron que uno de los principales problemas en estos casos, es que las autoridades no hacen que se cumpla con lo establecido en la ley de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en relación al margen que debe quedar libre entre una cañada y una zona urbanizada.
No prevéen peligro
“Se han manejado en su momento para beneficiar a grupos, pero no se prevé el peligro que estos representa”, afirmó Víctor Medrano, presidente de la Sociedad Ecológica del Cibao (Soeci). El ecologista aseguró que no ha habido una verdadera voluntad política de los gobiernos locales, para sanear las cañadas.
También refirió que lo poco que se ha hecho en ese sentido, no ha sido con apego a las reglas ambientales, y agregó que aunque en algunas gestiones han planteado el saneamiento de algunos tramos de cañadas en el área urbana, lo que se han ejecutado son obras de “encementado”. En otros casos, como Vuelta Larga-Los Salados, proyecto de viviendas del alcalde Gilberto Serulle, lo que se hizo fue sembrar grama en el talud de un tramo de la cañada y se promovió como un trabajo se saneamiento ambiental, dijo el experto. “No se han manejado con un concepto urbano de cuidado adecuado, porque lo que hay es un tratamiento clientelista”, aseguró.
Cañadas son un peligro en la época de lluvias
Francisco Arias, director de la Defensa Civil en Santiago, consieró que el problema de las cañadas en esta demarcación va muchos más allá del aspecto de la contaminación. Según Arias, el problema hay que verlo con el componente del peligro que representan ante eventuales inundaciones, en estos lugares identificados por la sobrepoblación. Arias asegura que los datos que manejan sobre las zonas de riesgos en Santiago dan cuenta de que 15 mil familias habitan en las riberas de los distintos arroyos y cañadas, lo cual es un peligro latente.
