Un año que viene…

El 2012 no puede ser peor que el que se va. En este 2011 tuvimos crisis por doquier. El mundo se alborotó de tal manera que poco faltó…

El 2012 no puede ser peor que el que se va. En este 2011 tuvimos crisis por doquier. El mundo se alborotó de tal manera que poco faltó para una conflagración de carácter universal.

Vimos y sufrimos guerras, por cierto, muy crueles, injustas y estúpidas en distintos litorales, aunque con el objetivo común de búsqueda de predominio, conquista de recursos petroleros e imposición de los fuertes contra los débiles.

Fue este 2011 un año trágico para los pobres, para las naciones menos desarrolladas, y hasta para los ricos que vieron tambalear sus economías gracias a los desafueros de sus avezados técnicos financieros, a los esquilmadores enquistados en el “establishment” de los gobiernos y las injustas distribuciones de las riquezas producidas por el colectivo social de los pueblos.

Este 2011 fue el año del crack financiero que rememora el del 1929 y que puso en aprietos monedas fuertes como el dólar y el euro y que obligó a una frenética y fiera batalla de los ideólogos del sistema capitalista mundial a agenciarse un reacomodo y una revisión sin pausa de sus economías y sus relaciones sociales de producción.

Este 2011 rompió los récords en desigualdades. Los bolsillos de los de a pie se mantuvieron livianos, limpios, vacíos, mientras que las bolsas y las arcas de los poderosos vieron acrecentarse más y más pese a las miserias y las amenazas latentes de los polvorientos y olvidados poblados y pobladores…

…y otro que se se va

El año 2011 tiene que ser superado en materia de esperanza, de empuje de la confianza de las comunidades en un nuevo liderazgo que emerja de las cenizas y de la impotencia atadas a los sufrimientos de una nación que como lo ha hecho, volverá a repetir la historia de alzarse con la gloria sobre la base del trabajo, el afán, el atrevimiento y la capacidad de unirse para lograr objetivos comunes y dialécticos… sin los miedos a los chantajes ni a las vacilaciones que brota de la mediocridad y de los falsos profetas que en lugar de desarrollo y avance pregonan la sumisión y el olvido de sus orígenes y sus vecinos que alguna vez fueron, juntos, parte de la misma masa de pobres que merece una mejor nación y un futuro más claro… Feliz Navidad y próspero año nuevo para toda la gente noble del planeta…

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