Mi buen y mejor amigo Carlitos Amarante Baret debe estar “más chivo que una guinea tuerta” en el Ministerio de Educación, que se ha tornado en una dependencia muy parecida a cuando usted va a la playa con un tubo viejo para flotar y se le presenta un pinche en el lado que da hacia fuera, usted lo tapa rápidamente para seguir flotando, pero aparece otro y otro y otro, sucesivamente. Ahora me dicen que está por soltarse el loco con las operaciones de un muy conocido personaje del área de editores e impresores, al que tienen atrapado a media base por la edición, distribución y venta ¡durante varios años! de libros propiedad del Ministerio a cargo de Carlitos y por lo que sus autores, tocados por ciertos abogados litigantes, están reclamando el pago millonario de derechos de autor. Educación no tiene nada que ver con eso porque, en cierto modo, el personaje en cuestión también tiene “cubeado” al Ministerio, pero el asunto está al explotar mediáticamente y los francotiradores de siempre, que no toleran el éxito de gente como Amarante Baret, tratarían de sacar provecho en busca del descrédito del laborioso ministro. Ojo con eso, Carlitos…
Reembolso
Los comisionados del PLD para concluir las negociaciones con aliados viejos y nuevos para presentar al electorado una boleta de consenso en mayo venidero se han encontrado con el escollo de algunos compañeritos que ofrecen resistencia a la aplicación de los acuerdos bajo el argumento de que “yo he gastado mucho dinero y tengo la candidatura ganada para que graciosamente se la den al que está en el cargo y que viene ahora a la alianza”. Pero como en política a todo se le busca “un bajadero”, los comisionados han planteado a los afectados que presenten alternativas de solución. Me cuentan que la más original es la que, al unísono, han presentado varios diputados que ahora no quieren estar en el Congreso sino en alcaldías: “Bueno, que me hagan un reembolso de los varios millones que he gastado y sigo como diputado”. ¡Aaay ñeñe…!
