La basura y el ruido dañan el entorno del Hospedaje Yaque

Santiago. Residentes en el entorno del Hospedaje Yaque, en esta ciudad, dijeron estar hastiados por la arrabalización que causan en la zona los vendedores de rubros alimenticios.

Santiago. Residentes en el entorno del Hospedaje Yaque, en esta ciudad, dijeron estar hastiados por la arrabalización que causan en la zona los vendedores de rubros alimenticios.Denunciaron que desde las primeras horas de la madrugada, los vendedores se colocan en los alrededores de sus viviendas, obstaculizan las vías y ensucian las aceras donde, además acumulan basura y todo tipo de inmundicias. Pero el ruido y la basura no son la única forma de contaminación que causan los vendedores, los comunitarios denunciaron que también utilizan los árboles y patios para hacer sus necesidades fisiológicas, lo que provoca un   mal olor en la zona.

Los almacenes, las ventas callejeras, la ocupación de aceras, el ruido de los vehículos, de carretilleros,  centros de diversión, borrachos, las discusiones entre vendedores y otros tantos conflictos, hacen imposible llevar una vida normal en los entornos del Hospedaje Yaque, donde la mayoría de personas ha vendido o tiene sus propiedades en venta para huir de la contaminación y la arrabalización.

Insalubridad

El Hospedaje Yaque que antes solo ocupaba las calles Del Sol, la Boy Scout, Anselmo Capotillo y avenida Valerio, ya se ha hecho dueño de las calles Máximo Gómez, Restauración, Anselmo Copello y  calle Colón, entre otras.
En todo el entorno, los malos olores combinados de ajo, cebolla y repollo podridos, son parte de su ambiente cotidiano. A esto se suma el precario servicio de recogida de basura, lo que hace que esta parte de la ciudad se convierta en una bomba de tiempo, debido a los altos niveles de contaminación.

El ambiente también es propicio para la proliferación de ratas e insectos de todo tipo, lo que a su vez se convierte en una amenaza latente para la salud de los residentes y de los propios vendedores.

Pedro Molina y Domingo Cruz, dos residentes en la zona, narraron los inconvenientes que tienen hasta para entrar a su casa, debido a los obstáculos que colocan los vendedores en la entrada de sus casas. Según sus palabras, muchas veces los vendedores hacen sus necesidades fisiológicas en los callejones y patios, lo cual les hace la vida insoportable. Aunque les gustaría mudarse a otro lugar,  vivir allí es su propiedad y por ello tienen que soportar este ambiente. Entienden que la situación no es solo responsabilidad de la alcaldía, sino también del Ministerio de Medio Ambiente que debe vigilar que los productos comestibles sean manipulados adecuadamente y que quienes viven en el sector puedan respirar y vivan sin ruidos.

Hay proyectos para mejorar el área

A pocos días de llegar a la administración municipal, el alcalde Gilberto Serulle desalojó a los vendedores y a muchos los reubicó en las casetas  que construyó, pero meses después todo retornó al desorden y hoy cada quien anda por su lado. El Hospedaje Yaque ya forma parte del Centro Histórico, su remodelación y la de su entorno es parte de los proyectos contenido en el Plan Estratégico de Santiago. Otros entienden que debe ser construido en otro lugar.

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