Delincuencia le tumba el pulso a la Policía en Los Alcarrizos

Pese a que los representantes del Ministerio Publico y de Policía, afirman que mantienen el “control” sobre la delincuencia en Los Alcarrizos, los munícipes aseguran que los delincuentes les han “tumbado el pulso” a l

Pese a que los representantes del Ministerio Publico y de Policía, afirman que mantienen el “control” sobre la delincuencia en Los Alcarrizos, los munícipes aseguran que los delincuentes les han “tumbado el pulso” a las autoridades.

Denunciaron que los asesinatos, robos, atracos,asaltos y otros hechos delincuenciales son frecuentes en esa comunidad, lo que siembra temor en los comunitarios que temen salir de sus hogares a cualquier hora del día o la noche, por  temor a ser víctimas de los antisociales.

Aseguran sentirse desprotegidos de los que están llamados a proteger a la ciudadanía, por lo que no descartaron utilizar sus propios mecanismos para hacerle frente a los delincuentes, que mantienen en zozobra a los hombres y mujeres de trabajo, estudiantes y amas de casa.

“Aquí en Los Alcarrizos no pasa un día sin que una persona  sea víctima de asaltos, atracos y en el peor de los casos caer asesinada por los antisociales, quienes no se conforman con sustraerles sus bienes, sino que sin motivos les quitan hasta la vida”, dijo el dirigente comunitario Alfonso Espaillat.

Residentes en sectores como Obras Públicas, La Unión, la  Fe, Tamarindo, Pueblo Nuevo, Savica, Alcarrizos Viejo, 24 de Abril, La Compuerta, Chuco, Los Barracones, El Libertador y otros, dijeron sentirse preocupados por los constantes asaltos y atracos de que son víctima.

Pidieron al representante del Ministerio Publico en esa demarcación, Fiscal Adjunto José Capellán, así como al jefe de la Dirección Regional Santo Domingo Oeste, general de brigada Andrés Jerónimo Sanz Jiminián, implementar una política mucho más efectiva en la lucha contra la delincuencia y la criminalidad.

Exigen también, que prohíban a sus agentes visitar  colmadones, bancas de loterías, billares y otros centros nocturnos a cuyos propietarios extorsionan, para no incautarles las bocinas que llevan intranquilidad a la población.

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