1 La fiscal y el Amet nos sirvieron de distracción unos días y nos recordaron muchas carencias. O, por lo menos, dejaron claras estas: Falta de orden y autoridad. Ella, parquea en la acera porque es fiscal; él graba, por si acaso, precisamente por ella serlo. Discuten y algo más. Ella lo hace mal, él también.
En la actualidad los Amet parecen ser selectivos en su trabajo, ni vehículos de lujo ni del transporte público, solo clase media. Por eso es probable que la mayor parte de la población los vea con “malos ojos”. Además, parecen estar donde no deben y “asechando”, como detrás de Bella Vista Mall, por ejemplo. Como dice un amigo: “Por qué no van a la Duarte con París, a ver si el gas pela…”.
De la fiscalía, tremenda institución y buen personal, pero mala dirección: vertical y autoritaria.
Pero el proceso, no todo es malo o es un espectáculo, aparte de lo divertido que fue –memes y montajes incluidos-, trajo cosas buenas, como la conciliación. Aunque creo que si otros fueran los involucrados (y no una fiscal “cristiana” y un Amet “camarógrafo”), seguro imputan al hombre de intento de homicidio u asesinato, y si ella quiere “acordar” no aceptan, tildándolo de acción pública y hasta de “violencia de género” –y hasta dicen que ella tiene “síndrome de la mujer maltratada”, aunque no sean pareja-, y los jueces no lo sueltan y sigue el proceso y condenan al hombre, (se que exagero un poco, pero solo un poco, como hacen los fiscales).
Pero era un Amet y una fiscal, entonces las cosas son distintas. A propósito, en la foto del “acuerdo” ni se miraron, como dos niños malcriados a quienes le dieron “pau, pau”. Y en el fondo un personaje “encarao” y con los brazos cruzados. Qué foto! De postal!
2. El segundo anuncio fue el aumento de sueldo de los senadores y la falta de agua de la senadora por la provincia de Dajabón. Este anuncio no tuvo sentido, pero fue súper divertido. Muchos “memes”, ¡cuanto ingenio! Hasta una cuenta para donaciones crearon.
Sobre las declaraciones, más no puede esperarse, sería pedirle peras al olmo. Situación que, si obviamos la mayoritaria indignación nacional y lo dejamos en el ámbito legislativo, ha creado un problema entre los diputados. Los “honorables” quieren su aumento, la presidenta de la cámara sabe que no es “políticamente correcto” e inteligentemente ha dicho que no al aumento. Están perdidos en lo claro, no entienden que este no es momento propicio para aumentos, sino más bien para sacrificios (desde la lógica de ellos, claro está). Pero, son nuestros “honorables”, otra cosa no podríamos esperar. Al respecto, ¿qué significa: Ley, Orden e Institucionalidad?
Terminaron los anuncios, volvamos a lo importante: a conocer, como nos dijo El Principito, el timbre de voz de los amigos, a preguntarles los juegos que prefieren o a saber si coleccionan mariposas.
