Enfrentar los criminales

Bajo la convicción de que la criminalidad se expandió durante los últimos años y que la pasada administración no…

Bajo la convicción de que la criminalidad se expandió durante los últimos años y que la pasada administración no pudo someterla, en la generalidad de las propuestas de los candidatos en la pasada campaña electoral aparecía como una de las prioridades de una nueva administración.

Al margen del fracaso de los programas con algunas implicaciones sociales, como Seguridad Democrática, los cuerpos de vigilancia y prevención igual se vieron desbordados por la violencia.

Se acrecentó el reclamo de “acciones” y hasta la siempre cuestionada “mano dura” fue reivindicada como remedio ante la grave situación. Cuando la Policía ha estado inspirada bajo ese temperamento  o en su normal desempeño, lo que vemos es que precisamente sus miembros se convierten en multiplicadores de la violencia. Peor aún, se hizo rutina que uniformados formaran parte de algún tipo de organización criminal.

La reflexión es oportuna ante el rebrote de violencia, con indicadores que sugieren el resurgimiento del sicariato, si nos atenemos a la forma en que han sido asesinadas algunas personas. El asesinato de dos hombres en la cercanía del distrito municipal de Gautier, Los Llanos. La brutal cacería de que fue objeto un empresario en una zona residencial del Distrito Nacional, a plena luz del día, y los múltiples casos de violencia en distintos sitios, reflejan el grado de inseguridad en el país.

Eso no puede continuar. Los criminales deben ser contenidos, enfrentados. Las autoridades, y en este caso hablamos del gobierno nacional, de la presidencia de la República, tienen que entenderlo.

Los dominicanos no podemos vivir bajo el convencimiento de que nadie está seguro, ni siquiera en su hogar. Y si bien la cuestión no se puede reducir a la necesidad de cazar a los criminales, tampoco se puede aceptar una racionalización de la violencia, explicada en la pobreza y la falta de oportunidades de los marginados.

Es fundamental un plan, una respuesta a la criminalidad, desde la perspectiva de los aparatos de control y seguridad del Estado. Reducir los factores causales conlleva tiempo. Y no podemos esperar.

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