“Escondiéndome de la pela”, hermosísima obra del joven artista plástico Wander Matos, expuesta recientemente dentro de su muestra “Identidad”, recrea mi infancia o la de cualquier dominicano.
¿Alguno en este país consiguió librarse de la correa? La realista pintura de tres niños cuyos rostros destilan horror, miedo, pobreza, desamor, desamparo, me regresó a mi pasado. Recibí “necesarias” pelas hasta de un señor vecino que se abrogó el derecho a “disciplinarme”, en mi condición de huérfana de padre.
Fueron mayormente ligeras, pero me robaron niñez. Nadie podrá convencerme nunca de que aquellas palizas que me significaban temor, confusión y resentimiento, sirvieron para “mi bien”. ¡Cómo quejarnos de esta sociedad violenta cuando criamos con violencia! l