Hay mucha, mucha, pero mucha gente –perredeístas hipolitistas incluidos- que entienden que el presidente Hipólito Mejía debería tomarse un respiro mediático, algo así como un período sabático quien sabe de qué plazo, pese a su muy emotivo anuncio del 22 de mayo último de que pretendía asumir el liderazgo de la oposición. El repentismo del derrotado candidato presidencial del PRD en las recién pasadas elecciones es un recurso que ya ha quedado demostrado que está en desfase. Y, lamentablemente para él y los suyos, el presidente Mejía parece creer que esa, su arma favorita, es su mejor recurso. Y quien sabe si talvez en verdad es así, y el equivocado soy yo y todos los que creemos así. Pero la realidad parece estar dándonos la razón. Si se hiciera una medición ahora, ya pasadas las elecciones y que han bajado mucho las pasiones, de seguro que Hipólito tendría un puntaje mucho menor que el porcentaje de votos que alcanzó en las urnas. Su actuación post comicios, su principalía y protagonismo (a veces medio oculto, eso sí) en las contradicciones internas en el PRD, y más aún, sus declaraciones recientes –algunas fuera del tono que la nación espera de quien, como él, se precia de procurar el liderazgo principal de la oposición al gobierno del PLD- es claro que han reducido la estima del presidente Mejía en la sociedad, incluyendo en muchos de los que en tiempos de campaña le celebraban sus ocurrencias, fuese por oportunismo o lambonismo. Lo cierto es que Hipólito debería revisarse, aunque conociendo al personaje hay que dudarlo, ya que es genio y figura hasta la sepultura…
Bozal
La incontinencia verbal repentista de Mejía diiicen, medio en serio medio en broma, que fue la mejor arma de campaña …de Danilo Medina en las pasadas elecciones. Y talvez por el mismo razonamiento, no faltan los que sugieren el uso de un bozal para Hipólito, en el entendido de que no es mudo, pero que de serlo “que gran persona(je) sería”, precisó un chusco. ¡Buuueeenooo…!
