Santiago. Desde el 2010 a la fecha, el Gran Teatro del Cibao ha sido escenario de escándalos, todos vinculados a supuestas irregularidades en el área administrativa.El primero de estos escándalos le costó el puesto a su directora Gina Rodríguez en febrero del 2011. En su admistración se produjeron denuncias de venta irregular de boletas de cortesía, alegadas vejaciones y atropellos contra los servidores públicos, por lo que el Ministerio de Cultura decidió prescindir de la funcionaria, sin hacer una investigación a fondo de las denuncias que se hacían desde fuera. Tampoco escuchó a quienes defendían a la funcionaria.
Rodríguez fue sustituida por Lincoln López, quien había dirigido el Gran Teatro del Cibao durante el primer cuatrienio del gobierno del presidente Leonel Fernández (1996-2000) y que al momento de su designación era profesor de Bellas Artes. Este nombramiento vino por decreto del Presidente de la República, ya que, según trascendió, tampoco era del equipo del ministro de Cultura.
Denuncias
La semana pasada, Lincoln López denunció una serie de irregularidades en el departamento administrativo de la institución, desfalco que envuelve una suma millonaria. López, quien aseguró que en dicho departamento opera una mafia, amenazó con renunciar si no son cancelados los responsables de esas irregularidades. Dijo que eran cinco las personas involucradas y que los nombres debieron ser revelados por el Ministerio de Cultura, al cual le entregó un informe de una auditoría que se hizo, en la que se evidencian esas anomalías. “La firma Abreu, Vásquez & Asociados auditó los balances financieros del Gran Teatro del Cibao y en su informe indica que ciertamente en la oficina administrativa hay una mafia”, dijo el funcionario.
Durante una rueda prensa, López expresó que cancelaría a esas personas de inmediato “y si esa cancelación no es aceptada por el Ministerio de Cultura, el que se va soy yo”. Posterior a estas declaraciones, el funcionario visitó la redacción de elCaribe en Santiago, donde dejó copia de los documentos que había depositado en el Ministerio de Cultura en los que hace constar sus denuncias.
La carta, que fue sellada como recibida, concluye que “si para conservar mi puesto como director del Gran Teatro del Cibao debo renunciar al compromiso asumido de hacer una gestión eficiente, transparente y responsable, preferiría la derogación del decreto que me designó como tal”. l isabel guzmán
Califican denuncia como un desliz gerencial
El Ministerio de Cultura dijo desconocer en todos sus detalles la referida denuncia y las motivaciones que tuvo este funcionario para dar a conocer la situación referida. “Ha cometido un lamentable desliz gerencial, al dar a la publicidad, sin consulta alguna, la situación planteada, provocando un escándalo innecesario e inoportuno que afecta sensiblemente el desenvolvimiento, imagen y prestigio de la indicada institución santiaguense”.
