La Junta Central Electoral (JCE) ha tomado medidas fuertes en atención al machetazo que el Gobierno le dio a su presupuesto.
Y las decisiones tendrán un fuerte impacto. De inmediato cerró la totalidad de las oficinas de servicio en el exterior, la Unidad de Declaraciones Tardías y el proyecto de captura de datos biométricos.
El pleno suprimió el departamento de Reparaciones, asimismo, anunció la cancelación de personal, al nivel de 2011, cuando separaron al menos 1,180 empleados. Asimismo, aumentará las tasas para sufragar insumos y materiales para los servicios requeridos por la ciudadanía.
En la JCE pocos entienden este palo del Gobierno de Danilo Medina. El desagrado es generalizado, empezando por su presidente.