La Vega. Rosaura Cruz, la joven asesinada en la comunidad de Cutupú para robarle 700 pesos, renunciaría hoy a su trabajo.Su pareja, solo identificado como Joel, con la que procreó un hijo que casi tiene dos años, había conseguido un trabajo y esto les permitiría sostenerse y seguir sus estudios, los que nunca quiso dejar a pesar de las adversidades.
Vivía junto a su pequeño y su pareja con su madre Esmeralda García y su padrastro Antonio María García en una casa prestada por parientes que viven fuera del país. Tenía 18 años y cursaba el segundo de bachillerato y a decir del profesor José Durán era una estudiante brillante y con valores éticos. En su casa era la alegría, dicen sus familiares. Hoy, al igual que su padrastro y toda la comunidad lamentan que inescrupulosos le hayan quitado la vida y que para robar unos cuantos pesos le hayan llevado el luto y la tristeza. También se quejan de que la criminalidad y la delincuencia no se enfrenten con la rigurosidad que merece y que a personas útiles les quiten la vida. Además negaron que Rosaura estuviera embarazada.
“Ya nada podemos hacer para devolverle la vida, solo nos resta esperar que den con los responsables de los que hicieron esto, se lo hemos dejado a la policía”, dijo al enterarse de que ya había varios detenidos en torno al hecho. Aunque en principio se dijo que un joven que fue asesinado por la policía en Jarabacoa estaba entre los que mataron a la joven, esta versión fue desmentida. Rosaura agotaba el turno de trabajo de 10:30 a 1:45 de la tarde, regresaba a las cuatro de la tarde hasta las nueve de la noche y solo trabajaría hasta hoy.
