La basura que cae del cielo

Las leyes de la física enseñan que todo lo que sube tiene que bajar, pero por lo visto es algo que pasan por alto las agencias espaciales de las potencias mundiales al lanzar al espacio sus satélites.

Las leyes de la física enseñan que todo lo que sube tiene que bajar, pero por lo visto es algo que pasan por alto las agencias espaciales de las potencias mundiales al lanzar al espacio sus satélites.

Muchos aún no se reponen al susto causado por la caída a Tierra, con menos de un mes de diferencia de dos viejos satélites: ROSAT, de fabricación alemana, que entró en la atmósfera terrestre el pasado sábado 23 de octubre y el UARS de la Nasa, cuyo impacto se produjo el 24 de septiembre. Para sorpresa de muchos la agencia espacial norteamericana anunció hoy que lanzará uno nuevo para observar el planeta.

«Otro más (satélite) que nos caerá arriba», indicó Sarah Miller, en referencia al anuncio del lanzamiento de un nuevo satélite de la Nasa.

Aunque puede parecer el argumento de una película de ficción, sobre cuerpos espaciales que amenazan con impactar la tierra y acabar con la especie humana, lo cierto es que como los dos satélites que impactaron la tierra, se estima que hay más de 15.000 objetos sobre la atmósfera que son considerados basura espacial y representan un peligro latente para el planeta.

Entre la basura espacial figuran fragmentos pequeños de restos de misiones espaciales, viejos depósitos de combustible y satélites fuera de servicio. En 2010, el número de desechos alrededor de la Tierra era de 15,500.

La existencia y peligrosidad de la basura espacial es un secreto a voces entre las potencias mundiales, ya una investigación estadounidense alertó sobre esto.

Las investigaciones han planteado que los fragmentos pueden ocasionar accidentes en el espacio. Asimismo, destacan que unos 22,000 de ellos tienen un tamaño considerable, que permite que su movimiento pueda ser seguido desde Tierra.

La cantidad de estos desechos espaciales alcanza niveles críticos, según establecen investigaciones recientes.

La basura espacial es un peligro latente, y eso lo saben bien en la Estación Espacial Internacional, que ha sido blindada contra este tipo de desechos, pero los habitantes de la Tierra no corren con igual suerte.

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