Todo dominicano sabe que no existe nada mejor que comer longaniza frita con tostones luego de una noche de “chercha” entre amigos o de un largo día de playa. Por lo que es normal encontrar en cualquier punto de la ciudad donde comer esta exquisitez criolla de la manera más coloquial. Pero para degustar de este plato ya no tienes por qué hacerlo en medio de la calle, pues ha abierto sus puertas el restaurante Longaniza.
Como si se tratase de una de las manifestaciones del más puro orgullo de la dominicanidad, este lugar en vez de ser un establecimiento de comida, es una especie de visita al tío más cherchoso de la familia y comer al mismo tiempo. Eso es lo que experimentarás aquí, claro, eso si tienes la suerte de encontrarte a Plinio Abreu, su propietario.
Si eres de aquellos a los que, ven en las frituras una extraña magia capaz de agarrarte de la mano y obligarte a bailar con ella todo un set, entonces anota bien dónde queda y ve con hambre, porque te faltará estómago para lo que allí te espera.
Su menú, además de longaniza, ofrecen chicharrón, mofongo de longaniza, patica de cerdo, mondongo, cocido de pata de vaca, sancocho, chivo, tocino, carnita frita, pato guisado, pescado frito estilo Boca Chica, batata frita, cativia de lambí y la focaccia criolla, el yaniqueque.
Lo ideal es sentarse en la terraza, porque por alguna extraña razón allí la fritura adquiere un sabor distinto, exquisito, además de que la barra está más cerca. Longaniza se encuentra en la calle Francisco Carías Lavandier número 11, ensanche Paraíso.
