La luz de la verdad

Me enojan las injusticias, las iniquidades; la falta de dolor por el sufrimiento ajeno, la desatención a la familia, la desconsideración de actos nobles, a veces hasta heroicos, y que tengamos que soportar como nobles, conductas de criminales. En…

Me enojan las injusticias, las iniquidades; la falta de dolor por el sufrimiento ajeno, la desatención a la familia, la desconsideración de actos nobles, a veces hasta heroicos, y que tengamos que soportar como nobles, conductas de criminales. En la “melieu” de nuestra eterna confusión nacional, nadie sabe de origen ni destino, ni distingue culpables de inocentes, nadie se ocupa de conocer responsabilidades ni derechos, ni nadie ha aprendido la lección del chantaje del de arriba, aunque siempre lo siente el de abajo. Varios días antes de que se produjeran noticias sobre el supuesto e increíble retro contrabando de la Barrick, el foro Dominicanos Ex-a-Tec, al que pertenezco, recibió de uno de sus miembros, precisamente nativo de Cotuí, un alerta sobre la siempre criticada conducta de esa empresa. Nos alertó sobre una probable producción de platino que pudiere ser expatriada sin declaración, así como de silenciar la exportación de metales valiosos, pidiéndonos validar su pronóstico con el estudio de la tabla de elementos periódicos de las ciencias naturales. No sé si sus recomendaciones ayudarían a resolver este caso, pues, mientras sus preceptos son de la ciencia física, los conocimientos que realmente necesitamos, para conocer los hechos y castigar a los culpables, forman parte de la ciencia administrativa y la judicial en una búsqueda de la verdad, ahora oculta tras declaraciones de apariencia mentirosa y malintencionada.

En vez de hacer declaraciones públicas usando epítetos fantasiosos para ocultar lo realmente acontecido, las partes deberían de inmediato iniciar un proceso legal, presentando las pruebas documentarias y de experticio a un tribunal, para que sea éste que entregue a la sociedad su sentencia irrevocable.

Si el procedimiento seguido por la Barrick Gold intencionadamente procuraba el envío de una combinación de metales sin especificar cuáles ni el peso individual, escondiendo la información con el genérico doré, es obvio que hubo una actuación de mala fe. Sin embargo, la empresa ha respondido que en la exportación del consignado doré siguió instrucciones por escrito recibidas de la Dirección General de Aduanas que derivaban el origen de los metales de Cotuí a los Estados Unidos.

No se necesita ser abogado ni político de para comprender que hemos sido testigos de actos de mala fe. Actos entre chantajistas que juegan con el patrimonio del pueblo dominicano, con oscuros propósitos que es imperativo esclarecer, y aprovechar la litis, para que salga a la luz, si la hubo, la repartición de dinero por la aprobación del contrato entre el Estado dominicano y la empresa, dándole al país como beneficio el encarcelamiento de los ladrones y la revisión del contrato.

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