¿Tiene suficiente arraigo social o se trata de una campaña montada, la creciente demanda de extensión de la Línea II del Metro hasta el poblado de San Luis, en la provincia Santo Domingo?
La pregunta es necesaria por el activismo que se observa, mediante demostraciones de residentes en la zona Oriental que piden la obra. Ahora expertos en transporte, sindicalistas y sectores sociales, en igual tesitura, planteando la conveniencia del proyecto.
Si efectivamente el reclamo obedece a un movimiento bien afirmado entre los pobladores, si no se trata de un grupito de personas alimentadas no se sabe por quienes, entonces es interesante hacer algunas observaciones.
Hay que sorprenderse de que estos hechos ocurran. Todavía es muy reciente para no recordar el pasionario debate que se desató sobre la conveniencia de un proyecto de esa envergadura, tan costoso. Se llegó al extremo de cuestionar si los dominicanos estaban calificados para llevarlo a término. Hubo incluso quienes se burlaron de la iniciativa y hacían extravagantes advertencias sobre riesgos, e incertidumbre respecto a su viabilidad.
Ese debate involucró a urbanistas, economistas, políticos que se dieron banquete, y prácticamente todo el mundo “se pronunció”. Pero el Metro no se detuvo, y se convirtió en realidad. Ahora no es un político que lo promete. Un grupo de activistas lo piden. Más que eso, representativos de Santo Domingo Este se han encaramado en el tren. El alcalde de la zona también, y aparentemente, la senadora de la provincia le da aquiescencia. De forma inusual, ayer bajó desde sus oficinas en el Senado a recibir reclamantes, subió con ellos al edificio y se comprometió a presentar su petición al presidente Danilo Medina.
El Presupuesto de 2014 está muy comprometido. Amplios sectores, zonas y regiones en defensa de su cuota. Se reclama equidad en la distribución del gasto y la inversión.
El Presidente Medina tiene que valorarlo todo. La zona oriental de Santo Domingo es la más poblada y allí reside un alto número de pobres que sufren cada día las dificultades de viajar a los centros productivos.
Pero hay demasiado necesidades y limitados recursos.