Mía o de nadie

El denominado feminicidio o femicidio dice la enciclopedia que “es un neologismo (palabra nueva) creado a través de la traducción…

El denominado feminicidio o femicidio dice la enciclopedia que “es un neologismo (palabra nueva) creado a través de la traducción del vocablo inglés femicide y se refiere al asesinato evitable de mujeres por razones de género (sexo)”.

En nuestro país ha aumentado su frecuencia a alarmantes niveles de “epidemia”, con manifestaciones en todos los estratos sociales en mayor o menor grado.

Compleja y grave situación social que potencia estadísticas, perturba cifras, destruye felicidades familiares, sega vidas útiles, genera hijos traumados y familiares con sentidos de culpabilidad, porque percibieron anticipadamente la tragedia latente.

La frase “mia o de nadie” es manifestación clara de hombres cuyo propósito es humillar y mantener a mujeres bajo su perturbado dominio, a costa de lo que sea.

Vemos como moda esos llamados ‘’feminicidios’’, cometidos por parejas, esposos, novios y los “ex”. Hombres “abusadores” desde niños, potenciados por la cultura machista que caracteriza la sociedad criolla.

Mujeres indefensas, bajo el influjo dominante de personalidades perturbadas que reaccionan con violencia extrema ante manifestaciones de celos, reales o imaginarios y que se niegan a admitir que se extinguió el amor o que esa mujer rehaga su vida con otra pareja.

Madres, novias, hijas no culpables, que terminan sepultadas por injusticias, por el silencio cómplice en ocasiones, por el miedo paralizante y ocultador de realidades íntimas y por la falsa creencia que soportan maltratos por proteger a sus hijos.

La propia sociedad auspicia, por asuntos culturales, el maltrato íntimo porque en “pleitos de marío y mujer, nadie se meta”.

La propia definición académica incluye: “asesinato evitable”, planteando que los síntomas se adelantan de manera visible como perverso producto de un hombre que se supone debe amar, proteger y cuidar, dejando que la bestia brote con irracionalidad y crueldad, disponga de la vida de ella y acabe con la propia, en expresión de un insano mega egoísmo.

El nuestro está entre los países con más alta tasa de homicidio de mujeres. Sin ánimos de ser simplistas, puede haber relación con niveles educativos o consecuencia del fenómeno de mayor disposición de capacitación y progreso de la mujer criolla. Casos hay de inacción de autoridades, conocedoras de la situación pero capaces de proteger solo con enunciados jurídicos y resoluciones inútiles.

La mayoría de estos crímenes son planificados y con frecuencia precedidos de un tenaz asedio. Se registran incrementos de hasta un 17% en 2011, con una edad promedio de las víctimas de 26 años. Las estadísticas criollas señalan que cada 36 horas asesinan una mujer. Ante un problema tan complejo y difícil, ¿qué hacer sociedad-gobierno? l

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