Obama

Dentro de tres días Barack Hussein Obama pasará a la historia como el primer presidente negro de los Estados Unidos, lo que de por sí es un valor en un país donde la discriminación racial sigue siendo una herencia maldita de la esclavitud. Pero&#8230

Dentro de tres días Barack Hussein Obama pasará a la historia como el primer presidente negro de los Estados Unidos, lo que de por sí es un valor en un país donde la discriminación racial sigue siendo una herencia maldita de la esclavitud. Pero probablemente el mundo lo recordará más por su contribución a la paz global y a las formas dialogadas para la solución de los conflictos.

En América Latina, su aporte a la paz más significativo es el derrumbamiento del muro que separaba a EEUU de Cuba. No fue necesario aplastar para restablecer las relaciones diplomáticas, después de más de 50 años de aislamiento y boicot a la isla socialista. Igual reconocimiento habría que hacerle por su apoyo decisivo al esfuerzo del otro nobel de la paz en Colombia, el presidente Juan Manuel Santos, por el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC). Sin su aliento y apoyo eso no hubiese sido posible.

Su temple antibelicista permitió que retirara las tropas estadounidenses de Irak y posteriormente se entendiera con Irán, propiciando junto a otras naciones un acuerdo mediante el cual se permite a ese país desarrollar su programa nuclear con fines pacíficos o científicos. También debe valorarse su reconocimiento al derecho de los palestinos a una Nación. Asimismo, su compromiso con la declaración de París por salvar la Tierra del efecto invernadero.

Ese mismo Obama que auspicia las vías alternativas para la solución pacífica de los conflictos, fue quien con arrojo y determinación fulminó al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden. En general, en la lucha contra el terrorismo nunca se dejó provocar iniciando un conflicto armado en cualquier nación del mundo, como hizo George W. Bush, que sobre la base de una mentira como la existencia de armas químicas intervino innecesariamente a Irak.

En lo concerniente a la vida del norteamericano común, tiene el mérito de disminuir el desempleo y devolver la estabilidad económica a la Nación, que recibió con una desastrosa situación. Los ocho años de Obama fueron de prosperidad.

Obama fue un gran presidente. Sale con fuerza moral para seguir contribuyendo al avance de la paz, la justicia y la libertad.

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