Pedernales de cara al futuro (2)

Uno de los grandes atractivos de Pedernales es El Hoyo de Pelempito, depresión de unos 8 kilómetros cuadrados, en la Sierra de Bahoruco…

Uno de los grandes atractivos de Pedernales es El Hoyo de Pelempito, depresión de unos 8 kilómetros cuadrados, en la Sierra de Bahoruco “con su fondo localizado a 348 metros sobre el nivel del mar, mientras que los macizos que lo rodean alcanzan hasta 1,186 m. de altura”. Zona de pinos, rica y estudiada reserva de flora y fauna donde conviven el Solenodonte y la Jutía, mamíferos endémicos de la isla y entre las muchas aves, el Barrancolí, dos especies de cuervo y el Chirrí.

Área de bifurcación de un extenso sistema de fallas a lo largo de la Sierra, donde una marcada erosión, por disolución de calizas, ha formado múltiples sumideros que en épocas de lluvias crean pequeños cauces. Su Centro de visitantes, punto de observación donde las temperaturas bajan hasta cero grados, con densas neblinas y la paz propia de las catedrales de la naturaleza, presenta hoy un marcado descuido en el camino de acceso, los senderos y más que nada en los sanitarios, que sin agua e insoportable olor, contrastan con la majestuosidad del lugar y desagradan al visitante.

En su área de amortiguamiento se destaca una numerosa presencia de haitianos, que procurando tierras para cultivo ejercen marcada presión sobre la reserva científica en cuya ruta a El Aceitillar, permanecen como monumentos a la explotación salvaje, enormes agujeros y promontorios, cicatrices de las infinitas heridas a las rojas tierras, ricas en bauxita. No es extraño tropezarse con iguanas: la cornuda o iguana rinoceronte o la de Ricord, endémica de la isla de la Hispaniola, especies amenazadas. En los enormes contrastes de Pedernales, la playa de Cabo Rojo, con un hermoso mar cristalino de incontables tonos de verde-azul y finas arenas blancas que sirven de fondo a infinitos reflejos. La zona de Las Cuevas donde hasta hace poco vivían pescadores y lugareños, guarecidos dentro de grutas que el mar cavó antes de emerger esas tierras hasta el nivel en que hoy se encuentran. El Estado construyó 15 viviendas, se supone para esos ciudadanos dominicanos, modernos “cavernícolas” del Siglo 21.

Por inexplicable manejo, estas viviendas forman parte de un “proyecto turístico” en desarrollo, ubicado en tierras donde se desplazó a ocupantes genuinos, en nombre del Ministerio de Medio Ambiente, casas que se nos dijo, hoy están en manos de un funcionario del Distrito Medioambiental. Las cuevas son el preámbulo a las paradisíacas playas de Bahía de las Águilas, por la vía terrestre, posible solo en vehículos de doble tracción y por mar, en eficiente servicio de “ida y vuelta”, bordeando un bello litoral de acantilados lamidos y esculpidos por las venas artísticas de Mar Caribe. Bahía de las Águilas es una maravillosa playa, virgen e incontaminada, de unos 37 km de largo, plena de fauna marina y una particular flora costera, infinito catálogo de cactáceas. Constituye el principal ecosistema de playa protegida, dentro del Parque Jaragua.

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