Pobres munícipes

Los gobiernos locales son necesarios, porque son la única manera de que las personas tengan instancias cercanas donde expresar sus demandas, pero en la práctica ese predicamento no se cumple por múltiples razones.

Los gobiernos locales son necesarios, porque son la única manera de que las personas tengan instancias cercanas donde expresar sus demandas, pero en la práctica ese predicamento no se cumple por múltiples razones.Los electores suelen escoger a unos señores que no siempre conectan con sus aspiraciones. Y obran en atención a sus intereses particulares. Durante las campañas para ganar el puesto muestran un perfil tan amigable, con aparentes atractivos, pero ya en el cargo lo olvidan todo, sea sus orígenes y sus vínculos con la comunidad y colocan en primer plano el enriquecimiento personal.

A la vuelta de dos años son “señores”, “dones”, con un poder adquisitivo asombroso. Pero muestran algunos niveles de generosidad. Colocan a algunos compañeros en la nómina. Obsequian dádivas y canibalizan el presupuesto que deja de ser municipal para convertirlo en su heredad.

Obviamente que hay alcaldes que se rigen como verdaderos ciudadanos, que tratan de servir con honestidad, convencidos de que precisamente para eso fueron elegidos.

Otras veces, algunos funcionarios municipales tienen la mejor disposición de hacerlo bien, pero no están capacitados y por igual convierten los cabildos en un desorden.

Por eso, la Cámara de Cuentas expresa la frustración ante la imposibilidad de auditar 155 cabildos y 231 juntas distritales en una República con una geografía política cada vez más segmentada, a conveniencia de los políticos y sus parciales.

Imagínese que para auditar una junta distrital en la provincia de Barahona, la Cámara de Cuentas debió destinar al menos dos auditores a un altísimo costo económico.

Entonces, es necesario que los munícipes vean bien a quienes van a elegir. Si a caza oportunidades para cometer ilícitos, que al curso de dos años están mostrando fortuna y entonces se valen de cualquier medio para ocultar sus corruptelas.

El liderazgo político decente, lo que queda, igual debe tratar de que los candidatos sean capaces y con un mínimo de integridad personal, para que los exiguos recursos de las comunidades no se vayan en sobre nóminas, estafas o simples despilfarros.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas