Tarifas ARS ahogan Instituto del Cáncer

Pese a tener una infraestructura y equipamientos de última generación, el Instituto Nacional de Cáncer “Rosa Emilia Sánchez” (Incart), atraviesa por serias dificultades financieras, por la baja cobertura de las aseguradoras privadas, que hacen&#82

Pese a tener una infraestructura y equipamientos de última generación, el Instituto Nacional de Cáncer “Rosa Emilia Sánchez” (Incart), atraviesa por serias dificultades financieras, por la baja cobertura de las aseguradoras privadas, que hacen prácticamente insostenible su operatividad en el tiempo.Así lo denunció ayer su directora, Catalina González Pons, tras afirmar que las administradoras de Riesgos de Salud (ARS) brindan una cobertura de “miseria” a los afiliados afectados con cáncer, lo que provoca que el centro deba subsidiar prácticamente el 100% el costo de los procedimientos.

“Nosotros no podemos subsistir subvencionando a las ARS los tratamientos y las prestaciones de salud. No podemos subsistir con ARS privadas que tienen dos años para afiliarnos, dando vueltas a propuestas tarifarias de miseria, porque ellos se lo quieren ganar todo. No es posible que nosotros sigamos con prestaciones en las cuales subvencionamos casi el 100%, solamente por dar el servicio”, se quejó la doctora en rueda de prensa.

Para ilustrar su queja, González Pons explicó que en el caso de la braquiterapia de alta tasa tridimensional, que se realiza para tratar el cáncer cérvico uterino, conjuntamente con la radioterapia, deben comprar cada tres meses una carga radiactiva, valorada en US$20 mil, que sirve para tratar a 24 pacientes por mes.

Esto significa que el tratamiento para la enfermedad, que es la segunda causa de muerte de mujeres en el país, tiene un valor por paciente de aproximadamente RD$50 mil, de los cuales el seguro solo está pagando RD$10 mil.

Por ello, consideró que el Estado debe respaldar aún más la labor del Incart, en prevención de la enfermedad y mantenimiento de la infraestructura, y con ello evitar que en diez años se vean forzados a cerrar sus puertas o convertirse en un hospital tradicional, sin materiales ni equipos. “No es solamente dar una instalación preciosa, unas facilidades únicas en Iberoamérica, como es el Incart, es también la sostenibilidad, el mantenimiento, la garantía, que supone mantener esos equipos al día, y seguir innovando en las técnicas del cáncer”. 

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