En la semana que recién termina, la prensa dominicana dio a conocer que el presidente Danilo Medina autorizó a la Comisión Nacional de Energía (CNE) a suscribir un contrato de concesión con la empresa Streamline Integrated Energy Corp. (SIE), a los fines de instalar una moderna planta eléctrica, con capacidad para generar 55 megavatios de potencia, la cual ha de utilizar como combustible la basura que diariamente produce el municipio de San Pedro de Macorís, gracias a que San Pedro de Macorís, al igual que Haina, Santo Domingo y Boca Chica, se han convertido en los principales polos energéticos de la República Dominicana, sólo que, en este caso, esta producción energética tiene un doble valor para la sociedad nacional y para la comunidad ambiental, pues además de añadir 55 megavatios al parque energético y al sistema eléctrico nacional interconectado (SENI), también aportará una largamente esperada solución al grave problema de contaminación que produce la basura, problema que no es necesario explicar porque con las viejas y nuevas experiencias acumuladas en el vertedero de Duquesa, ya los dominicanos dominan a profundidad este tema, y cualquier ciudadano puede dar cátedras de los tormentos ambientales y sociales generados por los basurales.

La publicación de referencia detalla que Streamline Integrated Energy Corporation resultó adjudicataria de una licitación pública internacional convocada bajo la Ley No. 340-06, sobre Compras y Contrataciones Públicas, por lo que ya firmó, con el Ayuntamiento del municipio de San Pedro de Macorís, un “Contrato de Concesión de Servicios para el Tratamiento y Disposición de los Residuos Sólidos Urbanos del Municipio de San Pedro de Macorís Mediante Valorización Energética”, para lo cual ya cuenta con la debida licencia ambiental otorgada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, conforme al mandato de la Ley Ambiental 64-00.

La concesión recién otorgada a la empresa Streamline Integrated Energy Corp. (SIE) es una solución energética y ambiental que se sustenta en la Ley No. 57-07 sobre Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía, y en la Ley Ambiental 64-00, y consistiría de una planta de generación eléctrica, la cual dispondría de una tecnología de última generación que ya ha sido ambientalmente probada en la Unión Europea y en los Estados Unidos, la cual mejora la capacidad de producción integrando el proceso de combustión de basuras a un ciclo combinado con gas, con lo cual se logra en primer lugar la factibilidad ambiental de eliminar el actual vertedero de basuras a cielo abierto del municipio de San Pedro de Macorís, el cual diariamente recibe 350 toneladas de basura, pero al mismo tiempo, y en segundo lugar, se logra la factibilidad económica sin generarle costos adicionales a la alcaldía de San Pedro de Macorís por el manejo de sus residuos sólidos.

Y son estos los proyectos que todos los dominicanos, pero muy especialmente quienes integramos la comunidad ambiental nacional, debemos apoyar en toda su extensión, desde la formulación, diseño, tramitación, autorización, ejecución y puesta en operación, hasta la supervisión operacional bajo un marco estrictamente ambiental, porque en los temas ambientales los dominicanos debemos pasar de la prédica a la solución, pues no basta la simple preocupación ambiental cuando esa preocupación no viene acompañada de una verdadera solución, y en este caso estamos hablando de una verdadera solución integral, donde se recoge la basura municipal, se transporta y se deposita en el patio de la planta eléctrica, se clasifica esa basura, y se aprovecha la parte energética, con lo cual se eliminan los viejos y odiosos botaderos de basuras a cielo abierto, botaderos que ya fastidian a todos los dominicanos por los frecuentes incendios, las humaredas, los malos olores, los lixiviados contaminantes y las plagas de moscas y ratas.

Santiago de los Caballeros ha sido la ciudad dominicana que ha dado el primer paso en la correcta gestión ambiental y aprovechamiento económico racional de los desechos sólidos urbanos, al transformar el viejo vertedero de basuras de Rafey en una moderna planta recicladora por donde puede pasar una parte importante de las 850 toneladas diarias de basuras que produce Santiago y sus alrededores, y ahora San Pedro de Macorís se ha de posicionar en el segundo lugar en cuanto a la correcta gestión ambiental y aprovechamiento económico racional de sus desechos sólidos urbanos, mientras en el Gran Santo Domingo seguimos pensando en cómo seguir alargando la ya larga agonía que cada día sufre la ciudadanía con el viejo vertedero de basuras, tipo botadero, de Duquesa, cuando Santo Domingo bien pudo haber hecho, desde hace décadas, lo que ya hace Santiago de los Caballeros y lo que ahora comienza a hacer San Pedro de Macorís, y es darle valor económico a un subproducto de una cotidianidad que genera 3,500 toneladas de basuras cada día, y al mismo tiempo solucionar el viejo problema ambiental que sufre la Capital al mal depositar nuestras basuras.

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