Crecimiento y estabilidad económicos se aquilatan cuando se pierden. Aún fallamos en redistribuir, pero experiencias pasadas de desequilibrio monetario y cambiario nos aleccionaron duramente sobre la importancia de sana macroeconomía. El presidente Danilo Medina dijo “es justo reconocer que en los últimos años hemos avanzado en materia económica”.

Efectivamente, imposible desconocer el logro del crecimiento económico con estabilidad, vital para disminuir pobreza, preservar confianza y estimular inversión. Un eventual proyecto reeleccionista supondría arriesgar seriamente esta conquista. El desequilibrio fiscal y el cambio de reglas significado en una modificación de la Constitución bajo esa rechazada finalidad, gatillarían salida de capitales y más efectos negativos asociados a la incertidumbre. El mal gobernar daña la economía; la economía enferma arrastra la paz social.

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