Rafael Pérez Concepción (Chepe)

La formación en diferentes academias dentro y fuera del país, le ha permitido a Rafael Pérez Concepción (Chepe) tener una visión del arte humanista, tolerante y al mismo tiempo, rigurosa. En su trabajo, el artista intenta dejar a un lado la representación figurativa e incurrir en un lenguaje más puro y armónico, amparado por el contraste de la luz. “En los diferentes momentos de mi carrera me he acercado a distintos géneros, corrientes y actitudes estéticas, pero al final todo se convierte en un conjunto, en un acervo que define mi visión estética”, manifestó Chepe, quien indicó que durante su carrera le ha influenciado la corriente pictórica de los artistas Velásquez, Rembrandt, Giotto, Piero de la Franchesca, Morandi, Baselitz, Cézanne, Colson, Hockney, Neo Rauch, Phillip Guston, Matta, Wilfredo Lam y Fernando Peña de Filló.

¿En qué escuela te formaste y qué ha supuesto para ti?

Realicé estudios en las escuelas Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo y en la de Diseño de Altos de Chavón; pasando luego a la Escuela de Pintura, Dibujo y Escultura de Nueva York; también por la Liga de Arte de Nueva York y la Escuela Superior de Arte en Roma, Italia. Esta formación en diferentes academias me ha permitido tener una visión del arte humanista, tolerante y al mismo tiempo, rigurosa.

¿Te preocupa alguna situación del arte, de la cultura en general? ¿Qué eliminarías o mejorarías?

Me preocupan los jóvenes artistas y las perspectivas de crecimiento y oportunidades profesionales en el contexto actual. Para un artista emergente, solamente conseguir un taller y un espacio para exponer sus obras es toda una odisea. En nuestro país no existen organismos ni instituciones dedicadas a darles seguimiento y oportunidades a los jóvenes y, en consecuencia, muchos, después de graduarse, tienen dificultades para iniciar una trayectoria profesional, por lo que se ven forzados a abandonar el arte. Esa situación me inquieta. Como propuesta personal, considero que se debería crear una red nacional de espacios creativos para artistas jóvenes y de mediana carrera, así como un fondo nacional para la creación. También me preocupa cómo la pandemia cambiará el acercamiento entre nuestros creadores y el gran público.

¿Tienes alguna preferencia a la hora de elegir los temas que llevas a tus lienzos o soportes?

De hecho, diseño las propuestas de exposiciones como un conjunto homogéneo en el cual trabajo, exigiéndome establecer un diálogo y coherencia entre todas las piezas. En el caso de obras puntuales me apoyo en la historia del arte y en temas de actualidad, intentando siempre innovar y descubrir nuevos recursos técnicos.

¿Qué es más importante en una obra artística, la técnica o el contenido?

Entiendo que lo importante es llegar al equilibrio entre ambos elementos. Por supuesto que un artista dotado de una experiencia técnica rigurosa va a tener más soluciones para transmitir un contenido intelectual y filosófico de una forma más puntual. Muchos artistas contemporáneos basan su trabajo en la creación de contenido y en involucrar prácticas que resulten más impactantes al público. Algunos de estos creadores no hacen necesariamente uso de la técnica ni de los recursos tradicionales, lo cual entiendo legítimo, aun cuando pienso que el equilibrio debe ser el objetivo.

¿En toda obra artística deben permanecer las reglas de equilibrio o composición?

Eso depende del artista, en mi caso, sí. A pesar de que cada obra o emprendimiento creativo debe privilegiar la razón de ser de los mismos, en muchas ocasiones una buena composición es la espina dorsal de una propuesta y concentra en sí misma los vectores propios de una obra maestra: luz, color, concepto y armonía. Por otro lado, el equilibrio a mi entender es la sabiduría en la cual los diferentes elementos que convergen alrededor de la ejecución de una obra de arte son utilizados por el creador. Pero esto es importante que permanezca a discreción del artista.

¿El arte contemporáneo da más libertad conceptual?

Por supuesto, lo cual debe interpretarse asumiendo el contexto en que los creadores desarrollan su obra. En el pasado los artistas también dieron respuestas a sus realidades históricas. Todos los artistas han intentado romper esquemas estéticos y morales en sus épocas respectivas.

¿En qué porcentajes su arte es reflexión y sentimiento?

Mi reflexión creativa es pura estética y contenido humanista. Me gusta el diseño, la arquitectura, los viajes y otros temas más, pero no me hago estas interrogantes al emprender propuestas artísticas personales.

¿La mayor satisfacción que le ha dado la pintura?

Conocer personalmente al pintor mexicano Rufino Tamayo, aun siendo estudiante de arte. El maestro Tamayo visitó Santo Domingo para presentar una exposición individual en la Casa de Bastidas a principios de los años 90, quedé deslumbrado con la obra del maestro y esa experiencia me guió a otros espacios y me convenció de que lo que yo quería era ser pintor. En la época, combinaba mis estudios de arte con los de odontología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Hoy estoy convencido de que aquella exposición determinó mi camino.

¿Qué reflejan sus obras en la actualidad a diferencia de sus inicios?

Considero que ahora soy mucho más cauto y precavido en mis obras, así como en la elección de los temas y materiales. A inicios de mi carrera mi intención y relación con la materia estaba exclusivamente concentrada a las técnicas de la pintura y en el dibujo como un pintor de caballete. Luego, experimenté con la escultura y el ready-made, al instalarme en París y, posteriormente, cuando me fui a vivir a Berlín, me vi forzado a disminuir mis formatos. En la actualidad, me propuse reencontrarme con la escultura y los formatos alternativos, sin abandonar mi pasión que es la pintura. Podría decirse que mis obras son una proyección de mis numerosos viajes por el mundo, mi pasión por la historia, la arquitectura y la estética.

¿Cuál ha sido el reto más significativo que ha tenido que enfrentar en su desarrollo artístico?

La diplomacia. Asumí funciones en el servicio exterior en 2006 en la Embajada de la República Dominicana en París, Francia. Posteriormente he servido en Alemania, India y en la UNESCO. Encontrar un espacio para cumplir con mis responsabilidades como diplomático y al mismo tiempo, quitarme la corbata para tomar un pincel no ha sido tan fácil y esto me ha costado mucho en lo que respecta a mi desarrollo artístico, sin mencionar, por supuesto, las responsabilidades familiares. Créame, no ha sido nada fácil.

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