El capitán Aroly Suárez se encontraba en la cima de su carrera cuando le amputaron una pierna

“Cuando me desperté en una cama de hospital luego de un aparatoso accidente de moto, me di cuenta que me habían amputado mi pierna izquierda. Fue un duro golpe, porque estaba en la cima de mi carrera como piloto”, fueron las palabras del capitán de vuelos Aroly Santiago Suárez Díaz, un joven que siempre ha sido perseguidor de sus sueños.

Así lo demostró desde niño, porque tenía claro que cuando creciera iba a ser piloto, sueño que logró a sus 18 años de edad. “Cuando era niño, siempre cruzaba con mi papá (Félix Suárez) por el antiguo Aeropuerto de Herrera para ver los aviones. Recuerdo que siempre decía en el colegio: “yo voy a ser piloto”.
Hasta que llegó el 1997. A su salida del bachillerato inició sus estudios de aviación. “Mi primer vuelo fue el 10 de diciembre de 1997. Te gradúas como piloto privado con 40 horas, mínimo; luego tienes que hacer 250 horas para aplicar a la licencia de piloto comercial. Pasé varios años acumulando esas horas y ganando experiencias”, narró Aroly a elCaribe.

Durante sus años de estudio en aviación, aprendió que cuando entras en una tormenta inadvertidamente, te asustas mucho, pero no puedes devolverte, tienes que seguir hacia adelante.
“Hay que soportar los embates hasta que salgas al cielo azul nuevamente”, compartió Aroly, asegurando que hasta la fecha lo ha puesto en práctica.

Emigrar hacia EE.UU.

Después de su experiencia en el país, emigró a Estados Unidos por cuestiones familiares. “Allí continué mi carrera y obtuve la licencia de piloto de línea aérea y volé para varias compañías”, manifestó.

En su última oferta de trabajo fue ascendido como capitán, en la cual volaba 15 días consecutivos, teniendo igual días libres. “No es aburrido. Cada día de trabajo era diferente, porque conocía lugares”, manifestó ese joven que aún sigue soñando.

Aparatoso accidente

Nadie espera enfrentar situaciones muy difíciles, y mucho menos aquellas que pongan en juego tu vida y la de tus familiares. Lo mismo pasó con Aroly, quien inició uno de sus días libres como de costumbre, sin imaginar que este le cambiaría la vida. El calendario marcó 28 de agosto del 2020, un día tranquilo y normal para él y su familia. En la noche, con su entonces esposa y su mamá, cantaban y reían en un karaoke que habían instalado en la casa. Sin embargo, este presentó problemas y se le ocurrió salir solo a dar una vuelta en su moto, decisión que lo marcaría para siempre.

Como a una milla y media de su casa, por un camino bastante oscuro, relató que un vehículo a alta velocidad lo impactó dejándole la pelvis y tres costillas rotas; una pierna amputada, daño en la columna y fuertes golpes en la cara.

Tristemente, quien manejaba ese vehículo era su esposa acompañada de la madre de este. Contó, que al no tener las luces encendidas no lo vieron, lo que ocasionó el lamentable accidente que casi le cobra la vida.

“No recuerdo nada del golpe, pero me dicen que estaba repetitivo diciendo: ¿qué pasó? Cuando abro los ojos, y veo el techo, pregunto en dónde estoy (…), pienso si me habría dado un infarto, y que de ser así no tendría posibilidades de volver a volar”, no obstante, lo más lejos que tenía Aroly era que su pierna izquierda había sido amputada.

“Esa situación provocó en mí mucho llanto, y quedé en shock. Todo lo que me vino a la mente fue mi carrera como piloto. Lloré mucho, sí. Pero me dije, ya pasó, ahora hay que ver qué se puede hacer”, dijo el experto en aviación.

En ese momento, pidió su teléfono y comenzó a realizar llamadas. Contactó a varios pilotos amigos a ver si podía seguir volando con una prótesis y ellos le dijeron que sí. Para ello, su caso debe ser revisado y someterse a rigurosos exámenes a través de la Aviación Federal en EE.UU. (Sigue en una lista de espera hasta que llegue el veredicto).

Tras el accidente, llega la separación

A los meses, su esposa y él se separaron. “Ella no lo ha superado. Le ha afectado mucho”, expresó lamentando el suceso. “A mí me trataban con neuro-psicólogos. Tenía depresión. Lo que trato de pensar es que el mañana siempre va a ser mejor que el día de hoy”, enfatizó.

El piloto Aroly Suárez Díaz. Danny Polanco

¿Cómo ha cambiado su vida?

Reveló que siempre van a ver interrogantes de “¿por qué a mí?”. “Eso me enseñó a que uno no puede apostarlo todo al futuro. Estoy vivo por un milagro. Voy a volver a volar. Voy a volver a iniciar mi carrera y lo estoy haciendo”, confesó.

Prótesis
Desde el 30 de diciembre del 2020 Aroly tiene prótesis, por lo que invirtió en un simulador de vuelos con pedales.

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