Además de llevar alimentos, ropa y medicamentos a los más vulnerables desde hace 10 años, Batista les imparte clases de etiqueta y protocolo, moda e imagen

Hace aproximadamente 10 años que Katherine Batista inició con su llamada “limpieza de armarios” con la cual tiende su mano amiga a aquellos que más lo necesitan.

Esta diseñadora de interiores, amante de las ventas y profesora de etiqueta y protocola, nunca pensó que durante una de sus clases de imagen y moda, en una escuela de modelaje, nacería esa linda obra de llevar a niños y ancianos, ropa, alimentos y medicamentos, iniciativa que hasta la fecha es su motor de arranque día tras día.

“Le llamo dos obras en una. Le damos una segunda oportunidad a la ropa usada al llevarla a personas que viven en lugares vulnerables. Visito provincias, y a sus munícipes les imparto clases de etiqueta y protocolo; y le regalamos enlatados”, narró a elCaribe.

Desde niña, contó que llevaba ese instinto solidario en su corazón, todo gracias a sus abuelos que eran muy desprendidos. “Siempre tuve esa motivación y, cuando llegó ese momento, busqué los lugares idóneos y dije: vamos a darles una mano”, manifestó Katherine.

¿Sabías que por el cambio de plástico ayudas para la quimioterapia de alguien con cáncer?

Quienes conocen a Katherine, son testigos de su interés por las personas que viven con precariedades. Aunque no recibe ningún beneficio por esta iniciativa, se conforma con la cara de felicidad que recibe de esas personas, un ingrediente que le inyecta la satisfacción del deber cumplido.

“Eso te llena tanto que no puedes dejar de hacerlo, no sólo por la ropa que entregas, sino también por el cambio de plástico ( tapitas y botellas) por quimioterapia para aquellos que tienen cáncer”, señaló.

Durante la conversación, Katherine resaltó otro punto importante, y es el hecho de recolectar plástico, en lugares donde lamentablemente la gente comparte y ensucia, (como son los parques y las playas); ésto para ayudar en el tratamiento de personas diagnosticadas con cáncer.

“Me hice eco de la causa “Tapitas x Quimio”. Me la paso con familiares y amigos recogiendo tapas y botellas. Como me encanta la playa y hay basura por la inconsciencia de la gente, las recojo. Entonces, aunque no sea mi basura le busco la manera, las recolecto y termino llevándola a los sitios de distribución donde se pueda reciclar. De las tres R, mi favorita es reutilizar”, destacó Katherine.

La experta en etiqueta y protocolo Katherine Batista.

Lugar que más le ha impactado

En el transcurso de esa década, Katherine ha recorrido muchas fundaciones y lugares, por lo que no pudo ocultar su tristeza al hablar de la fundación que más la ha impactado: Hogar Renacer, en Villa Mella.

Leer o escuchar sobre algunas realidades, no es lo mismo que toparse con ellas de frente, porque te vulneran aún más. Con lágrimas, Katherine compartió que allí viven 23 niñas que fueron violadas por familiares y allegados, lo cual le rompe el alma.

“Estamos hablando de niñas de hasta cinco años que han sido tocadas, lo que para mí es una crueldad. Es el hogar que trato de visitar con frecuencia, porque ellas necesitan mucho cariño y amor”, explicó.

Los días en que las visita les enseña etiqueta y protocolo y modelaje, clases que ven como una diversión, pero que en un futuro les ayudará a la hora de aplicar para un empleo.

Lo que hace Katherine, no es por unos días, lo hace durante todo el año, debido a que la gente siempre necesita. Katherine aboga porque cada año se sumen más personas a este tipo de obras, con la que asegura se vive con satisfacción.

Documentación de las donaciones

Hay gente que se suma a esta linda causa de Katherine, por lo que documenta todo lo recibido y les envía la constancia. “Documento todo, si me das equis cantidad de dinero, te digo qué hago con ellos. Entiendo que cada quien da lo que recibe”, resaltó Katherine.

Además, añadió: “Para mí no sólo es importante ir al supermercado y hacer la logística, sino también sacar el tiempo que es uno de mis mayores retos”, relató. En el levantamiento, Katherine destacó que pregunta a las monjas y a los directores de fundaciones, qué necesitan, porque muchas veces tienen comida, y lo que requieren son medicamentos.

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