De Haití es muy conocida su situación de grandes precariedades a partir de las extremamente difíciles condiciones de existencia. Para que se entienda desde el universalmente aceptado Índice de Desarrollo Humano -IDH- del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD-, Haití ocupa el último lugar entre 20 naciones de América Latina y el 163 de 191 naciones en el mundo.

Aun con la tan compleja y no menos difícil situación actual, es importante recordar- muy a favor de sus perspectivas de desarrollo- que Haití es de las naciones de la más elevada identidad nacional-cultural; con idioma propio, manifestaciones artísticas muy originales, con una base antropológica cultural que le da mucha cohesión. Además con una de las historias de lucha por la independencia y la libertad más ejemplares del mundo. Primera nación de América Latina en lograr su independencia en el 1804 y la segunda del continente, después de los EE. UU.

El costo de la lucha en Haití por romper las cadenas de la esclavitud -la única exitosa en la historia de la humanidad- logrando simultáneamente su independencia, explica en una gran proporción las razones de su gran letargo.

Haití se vio obligado a firmar 21 años después de declarar su independencia-17 de abril de 1825- el pago de una “indemnización” que podría considerarse como una pena de muerte, de 150 millones de francos, equivalentes hoy a unos 21 mil millones de dólares; lo cual le tomó -1947- 122 años para pagar.
Mas no solo fue Francia como gran potencia la que por esa vía se impuso terriblemente ante los frágiles gobiernos haitianos de entonces, sino que también EE. UU. ocupó militarmente su territorio por cerca de 20 años- 1915-1934- pero no menos letales han sido los daños causados hasta hoy por los propios dirigentes haitianos mediante distintas formas de dictaduras y/o corrupción extrema.

Las adversidades se han extremado en la época reciente ante desastres como el del terremoto del 12 de enero de 2010, del cual se ha estimado en más de 300 mil muertes; así como el terremoto del 14 de agosto de 2021 con 2mil 248 muertes y el cólera. Así como el no menos terrible, con el asesinato el 7 de julio de 2021 de su presidente democráticamente electo, con desastrosas consecuencias.

Haití tiene una gran intelectualidad algunos en las mejores universidades del mundo, así como mujeres y hombres capaces y honestos, llamados a liderar gradualmente pero muy eficazmente su nación en la triada esencial de democracia, transparencia y eficiencia; construyendo un luminoso futuro a partir de los grandes méritos de su historia, merecedor de las mejores condiciones de existencia.

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